Tras el fascinante comienzo de bilogía que fue “La princesa del Imperio caído”, J. M. Suárez se ha superado a sí misma con un broche apasionante que incluso da un giro a su propia narrativa ofreciéndonos una novela que, ahora más que nunca, excede con creces su categorización dentro de la novela romántica de fantasía. “El príncipe del Imperio caído” tiene mucha más acción, intrigas y misterios que nos mantienen en vilo desde las primeras páginas confundiéndonos y jugando con quien intente adivinar las intenciones de la mayoría de los personajes que rodean a los protagonistas. Además, consigue crear situaciones aparentemente sin salida que pueden dejar al lector, irremediablemente enamorado de sus carismáticos personajes, con el corazón en un puño y leyendo sin tregua hasta desvelar desenlaces que ocultan más de un giro inesperado. Tras los acontecimientos que descubrieron la identidad de Amira y que la dejaron envuelta en una melancolía que debía ocultar de cara al exterior, la que fuera princesa de Ktar se encuentra lejos del alcance del cruel sultán Rajah y de un Imperio que ha puesto precio a su cabeza. Junto con los líderes rebeldes que la acompañaron en su huida y buscando la ayuda de los reinos amenazados por el sultán, Amira tendrá que mostrar su faceta más dura y resuelta para recuperar el trono que le fuera arrebatado a su familia y devolver al Imperio la paz y tranquilidad de las que le priva Rajah. Si en el anterior libro la trama se desarrollaba con dinamismo, pero sin atropellarse y dando una sensación en todo momento de calma tensa; en esta segunda parte los acontecimientos se precipitan y tendremos una trama mucho más rápida y cargada de acción desde el primer capítulo. En primer lugar, nos encontramos con una Amira mucho más beligerante. En este sentido, la evolución del personaje principal es asombrosa y me ha encantado encontrarme con esa princesa capaz de liderar a un ejército y realmente convencida de sus derechos al trono. En cuanto al resto de los personajes, la autora nos demuestra dominar perfectamente el desarrollo de las psicologías y atraparnos así en una atmósfera de intriga constante con la sombra de la traición presente en todo momento; algo que se irá desvelando al hilo de las propias historias y motivaciones de cada uno de los individuos tan perfectamente construidos especialmente en esta segunda parte. Además de todo ello, la trama se extiende mucho más a nivel geográfico conociendo así otros ambientes e incluso llegando a narrarse en dos ámbitos al mismo tiempo en algunos momentos. Si en la primera parte teníamos un contexto más cortesano y especialmente centrado en el palacio del sultán y alrededores; ahora el campo de batalla, las estrategias y preparación del desarrollo bélico serán la nota dominante. Y reconozco que en esto me he llevado una gratísima sorpresa al encontrarme con escenas de batalla (con el aliciente, debo recordar, del desierto y esa inspiración árabe) narradas de manera soberbia y manteniendo una tensión que ya se había ido preparando en la primera novela y que eclosiona de manera magnífica en esta. Finalmente, no puedo dejar de mencionar todos esos sucesos en retrospectiva tan ansiados y que nos dan justificación para los acontecimientos que forjaron la personalidad de unos personajes que (al menos para la que escribe) siempre van a tener ya un rinconcito en el corazón. + Leer más |