Ay, William

Lucy Barton y William se divirciaron. Su dos hijas son adultas y tienen sus propias vidas.
Lucy se volvió a casar con David, chelista en la Filarmónica de Nueva York.
William se volvió a casar con Estelle y tienen una hija, Bridget.

Cada uno, con sus vidas separadas, siguen teniendo una buena relación hasta el punto que cuando David fallece y Estelle abandona a William, Lucy se convertirá en el principal apoyo de William cuando este es presa de terrores nocturnos y cuando descubra que su madre abandonó a su hija antes de que él naciera. Para averiguar, para entender y para comprender harán juntos un viaje del que William volverá distinto a como se fue.

En este libro, en el que igual que en "Me llamo Lucy Barton", parece que no pasa nada, pero pasa mucho nos vuelve a hacer partícipes de sus traumas infantiles, de la difícil relación con sus padres, de su soledad, de sus recuerdos y de su vida. Y nos hace vivir con ella el día a día, lo cotidiano, sus pensamientos y sentimientos, sus reflexiones

Una historia breve, fácil de leer y sencilla en apariencia llena de detalles cotidianos que nos hacen ver la complejidad de las relaciones y de los sentimientos que tienen cabida en el alma.
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