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La historia nos cuenta cómo Jonathan Harker viaja a Transilvania para encontrarse con el Conde Drácula, ya que este está interesado en adquirir una propiedad en Londres y quiere saberlo todo sobre la ciudad. El viaje de Jonathan estará lleno de misterio nada más llegar a las primeras ciudades por las que ha de pasar cuando dice a dónde se dirige, ya que le advierten de que sería mejor que no fuese al castillo. Sin embargo, está dispuesto a llevar a cabo su encargo y no hace ni caso a las advertencias de los demás. Cuando llega, empieza a darse cuenta de que el Conde es un poco extraño, que tiene unos horarios bastante peculiares y que realmente esconde muchas cosas de las que evita hablar. Jonathan empezará a descubrir algunas cosas que no le agradan y poco a poco deseará que su estancia allí sea lo más corta posible. A través de cartas, se nos narra el día a día del personaje principal, que en este caso es Jonathan Harker. Detalla todo lo que va sucediendo, sus pensamientos e inquietudes, a medida que descubre cosas que le ponen el vello de punta. A pesar de esto, se lee muy bien este clásico que tantas ganas tenía de descubrir y del que tanto había oído hablar. No me ha resultado muy pesado la forma en la que está escrita esta historia, si no que me sorprendió gratamente la cercanía que sentí con el personaje nada más comenzar. Eso sí, los capítulos se me han hecho eternos, son demasiado largos para mi gusto y a veces las descripciones eran tan detalladas que conseguía aburrirme y me sacaban por completo de la historia. Entiendo que son necesarias para darle esa ambientación de misterio que lo envuelve todo, pero a mí no me ha terminado de convencer. |
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