He disfrutado muchísimo con su lectura, aunque también he tenido que visitar con frecuencia el diccionario y detenerme en algunos párrafos que me costaba entender de una sola pasada; es lo que tienen los clásicos, hay que leerlos con detenimiento. Me ha encantado la historia, que me ha atrapado en todo momento, no ha habido capítulo que me resultara aburrido; también los personajes, que han hecho que me encariñara y sufriera con ellos (el Doctor Seward es mi favorito); y, por supuesto, la forma de contarla, a base de diarios y telegramas, que le ha dado un toque muy íntimo. Las descripciones han sido maravillosas. Me he podido imaginar esos lúgubres paisajes y esas escalofriantes escenas que nos ha relatado el autor. Ha sido una experiencia inolvidable.
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