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"Pude notar en la piel hipersensible de mi cuello la suave y trémula caricia de unos labios y el duro contacto de dos dientes afilados. al prolongarse esta sensación, cerré los ojos en una especie de éxtasis lánguido y esperé... esperé con el corazón palpitante". 'Drácula' Bram Stoker 1897 Reino de Cordelia, 2021 (3a. ed.) 542 páginas Trad.: Juan Antonio Molina Foix Ilust.: Fernando Vicente Me enfrento a esta reseña como hace unos meses me enfrentaba a la de 'Jane Eyre'. ¿Qué digo de este clasicazo que no se haya dicho ya? Como es probable que ya se haya dicho todo, voy a destacaros lo que a mí más me ha gustado y sorprendido, y que han convertido 'Dracula' en una de las mejores lecturas del año y de mi vida. No voy a entretenerme con el argumento o la sinopsis porque a estas alturas todo el mundo sabe, más o menos, de qué va la novela. Un señor, Jonathan Harker, llega al castillo de un misterioso conde en Transilvania para cerrar una operación inmobiliaria y a partir de ahí se desencadenan una serie de hechos terroríficos, en los que la sangre corre como el kalimotxo en los sanfermines. En primer lugar, lo que más me ha impresionado y que, para mí, es la mayor fortaleza de la novela, es la ingente cantidad de recursos narrativos usados por Stoker. El uso de diarios, cartas, telegramas, memorándums o noticias de prensa en la totalidad de la novela crea una narración compleja pero rica en matices, ya que empleando diferentes perspectivas y voces Stoker consigue que la historia sea más inmersiva, más poliédrica y que el lector pueda seguir la historia sin perder detalle, debido a que estos documentos están impregnados de los pensamientos, motivaciones y sentimientos de cada uno de sus narradores. Con respecto a los personajes, debo decir que todos están perfectamente trabajados, aunque las dos protagonistas femeninas son inolvidables. Cada una con su función en la novela, Lucy y Mina te enganchan a la historia. Su capacidad para describir tanto el amor como el horror, su voluntad de sacrificio y su carácter resolutivo me han cautivado. Pese a que Stoker no puede evitar intoxicarse del machismo de la época, y pone en boca de otros personajes ciertos comentarios sobre Mina bastante lamentables, lo cierto que es ha conseguido crear uno de mis personajes femeninos favoritos de todo cuanto he leído. Siguiendo con los personajes, no puedo dejar de hablar de van Helsing. Ese maravilloso doctor holandés, erudito, inteligente, paciente y entrañable. ¿Es posible enamorarse de un personaje de ficción? Yo os digo que sí. Otro de los atractivos de la novela, para mí, es la riqueza descriptiva. Como en toda buena novela gótica, la ambientación es impecable. Para ello, Stoker no escatima en descripciones que ponen la piel de gallina. Sentimientos, ambientes o comportamientos humanos quedan perfectamente descritos, creando una atmósfera terrorífica que mete al lector el miedo en el cuerpo de forma inevitable. Como ejemplo, el primer capitulo de la novela (el mejor capitulo inicial que he leído nunca junto con el primero de 'Siempre hemos vivido en el castillo') o el capitulo 7 (la travesía del Demeter hasta Inglaterra), están tan bien narrados, tan bien ambientados, con un lenguaje tan rico, que es imposible leerlos sin meterte de lleno en la historia. Si tuviera que poner un pequeño 'pero' a la novela, diría que el final transcurre de una forma demasiado rápida. El tramo final se va cociendo a fuego lento, tomando fuerza de forma progresiva, y, bajo mi punto de vista, cuando el souflé está en lo más alto, todo acaba de forma demasiado precipitada. |
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