Acabo de terminar este maravilloso libro y no puedo más que preguntarme por qué he tardado tanto en leerlo. Escrito alternando diarios y cartas, su narrativa es increíble. Resulta casi poética al mismo tiempo que entretenido. Y si a ello añadimos las preciosas ilustraciones en tonos de gris de John Coultart, hace de este libro una verdadera obra de arte. |