Drácula

La historia comienza cuando el joven abogado británico Jonathan Harker acude al castillo de Drácula en Transilvania para actuar como su asesor en la adquisición de una vivienda en Londres. Sin embargo, pronto se da cuenta de que, lejos de ser un huésped, en realidad se encuentra atrapado en el castillo del Conde.

Sin duda, mi parte favorita es esta, no solo porque la ambientación es espectacular, sino porque es la parte en la que, a través de Jonathan, conocemos al Conde. Uno de los aspectos que destacan de la obra es que en realidad Drácula no aparece mucho como personaje, aunque sí que se encuentra presente a lo largo de toda la obra. En parte, iba con la idea de que las apariciones del Conde se daban en contadas ocasiones, pero no esperaba que fueran tan escasas. Creo que al llevar su nombre en el título, era inevitable pensar que igual tendría más protagonismo, pero en este caso nada que ver.

Por otra parte, me sorprendió que la obra estuviera escrita en estilo epistolar, y creo que esto junto a toda la variedad de personajes como Jonathan, Lucy, Mina, van Hilseng y Seward, contribuyen a que la historia resulte aún más interesante (aunque al principio lo encontraba algo confuso, pero nada que no se solucione al seguir leyendo).

Si bien es cierto que me ha gustado bastante, no puedo decir que se vaya a convertir en una de mis obras favoritas. Sencillamente porque en ocasiones he sentido que el autor se estancaba y la acción no terminaba de fluir.

En general, he disfrutado de la lectura y creo que es una obra bastante entretenida, aun teniendo sus más y sus menos. Creo que es una de esas obras que todo el mundo debería leer, simplemente por conocer mejor de dónde viene la concepción que tenemos de los vampiros en la actualidad.
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