Drácula

Drácula, ha transcendido, como el gran clásico de vampiros de todos los tiempos. Su conocido argumento forma ya parte de la cultura y el folklore popular. El modelo del vampiro moderno acaudalado y seductor, que vio su nacimiento con Polidori, alcanza aquí su auge encumbrándolo como uno de los grandes del terror gótico.

Basada en el personaje histórico de Vlad Draculea III de Valaquia, conocido por sus despóticos y crueles comportamientos, y que ha pasado a la historia como Vlad el Empalador, nos narra el viaje del abogado Jonathan Harker al castillo de Drácula en los Cárpatos para ayudarle en su traslado a Londres. Junto con el conde viajará a la capital londinense el terror, el caos y la muerte. Jonathan, su mujer Mina, y un grupo de intrépidos caballeros ingleses, intentarán frenar la barbarie del monstruo. Destaca el papel de van Helsing, que alcanza nuestros días como uno de los grandes personajes de la literatura y cine, pero del cual suele desconocerse su origen. van Helsing es el médico erudito, el verdadero antagonista del monstruo, el cazavampiros por antonomasia. Se ha tachado a la novela de machista y de feminista a la vez. Y es que, a pesar del gran número de comentarios peyorativos hacia la mujer tachándola de débil y frágil, es Mina Harker, el personaje femenino, el que da forma al grupo, y el que alienta la misión.

Una novela escrita a finales del siglo XIX, pero tan moderna en su lenguaje que se hace sencilla de leer. Su formato es epistolar, algo rompedor en su época y que la dota de una gran fluidez y profundidad permitiéndonos conocer a los protagonistas en sus más íntimos pensamientos. Sus descripciones son una maravilla, el pasaje inicial del viaje a los Cárpatos nos traslada totalmente al contexto cultural y a la abrupta naturaleza. La ambientación gótica, tenebrosa, oscura, nos imbuye de un terror que se adueña poco a poco hasta de nuestra respiración. El único hándicap que le pude achacar es que, tras una primera mitad soberbia, pierde un poco de fuelle según avanza, eso sí, no os despisteis, de repente os encontraréis de bruces con el final, quizá un poco precipitado, pero no por ello flojo. Una novela soberbia, que no se puede obviar por el bagaje cultural que conlleva, y muy disfrutable.