Drácula

Drácula es uno de los clásicos por excelencia. Publicado a finales de siglo XIX, es una historia sorprendente pero que no es la precursora de este género. Otras obras como Carmilla, también rescatan el mito del vámpiro y es antecedente a esta.

Antes de leer la novela, había leído reseñas que indicaban que para nada Drácula es lo que te esperas antes de leer la historia. Yo en ese sentido no voy a mentir, si es lo que me esperaba más o menos. Una historia de miedo con una ambientación gótica y un antagonista perfecto que da nombre a la novela. Drácula es un personaje que pocas veces vemos en acción y solo lo conocemos a través de las definiciones que nos dan los protagonistas. Lejos de disgustarme este hecho, me gusta. Es un personaje que siempre sientes que está, una presencia muy potente que no hace falta que se persone en las escenas que describe el libro para sentir el terror que infunde a nuestros relatores y en consecuencia a nosotros mismos.

Drácula está escrito de forma epistolar dónde muchos personajes se turnan para contarnos la historia a partir de sus diarios o sus cartas. Los personajes son bastante carismáticos pero destacan dos por encima del resto. Por un lado el doctor van Helsing, que he de decir que me ha gustado mucho y que me ha parecido un acierto como el gurú del grupo. Por otro lado Mina Harker, una mujer fuerte que creo que el autor no sabe darle todo el potencial que merece y que al ser una mujer queda relegada a un segundo plano, cosa que me parece totalmente injusto.

Es una historia para conocer. Soy consciente de que al ser una historia tan universal, puede dar pereza su lectura en el sentido de que sabes el rumbo que va a tomar la historia, pero yo creo que no decepciona y que merece la pena leerla y conocer en profundidad a los distintos personajes que aparecen en la novela.