La isla del tesoro

¿Quién no ha querido ser pirata? Conviviendo con mil peligros en la mar, descifrando cartas y mapas, buscando tesoros o gritando «¡Al abordaje!»... En fin, es imposible contener la emoción y no regresar, aunque sea por un instante, a aquellos tiempos en los que la piratería y la armada se enfrentaban entre el pasillo y el salón.

Cuando Robert Louis Stevenson (1850-1894) escribió La isla del tesoro (Gribaudo, 2022), para ocupar las lluviosas tardes y complacer a Lloyd Osbourne, su hijastro - y también un apasionado de los relatos de bucaneros-, no podría imaginar que la novela sentaría las bases de las historias de aventuras. Y se convertiría en un clásico juvenil reconocido internacionalmente. Su primera publicación, como era común en la época, tuvo lugar por entregas en la revista Young Folks, (1881-1882) bajo el pseudónimo del Capitán George North.

En ella conoceremos la historia de Jim Hawkins, hijo del dueño de la posada Almirante Benbow, que padece una vida monótona en la bahía del Cerro Negro, lo que se verá alterado con la aparición de un misterioso anciano. Este le cuenta que, tiempo atrás, formó parte de la tripulación del Capitán Flint, reconocido pirata, y en sus aposentos aún se encuentra un baúl con un contenido codiciado tanto por antiguos camaradas como por otros corsarios. 

Fallecido el bucanero, Flin abre el baúl y descubre un antiguo mapa de una isla perdida. Es su oportunidad de vivir una gran aventura y, reuniendo ingenio y valor, se dispone a averiguar el misterio del mayor botín de un pirata del que se haya tenido noticia. En este trepidante viaje no estará solo. Contará con la compañía del Doctor Livesey y el Señor Trelawney. Además, se encontrará con el afamado bucanero John Silver «el largo» -personaje con el que ha influido en la imagen actual del pirata-, quien fuera miembro de la tripulación del Capitán Flint, y también con el resto de piratas, medio mercenarios, con los que tendrá que lidiar para llegar hasta la misteriosa isla.

Aunque la aventura no solo consistirá en esa travesía, ya que asistiremos a un viaje de iniciación, al crecimiento interior, de Jim, que dejará de lado la vulnerabilidad para convertirse en un adulto que se verá obligado a tomar sus propias decisiones, tanto por el destino adverso, como por su deseo de triunfo. Una obra que se devora en cualquier etapa de la vida y que siempre nos muestra algo distinto, oculto, misterioso... de nuestro viaje. 
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