Tienes que mirar

Un libro estremecedor sobre la brutalidad que seguimos enfrentando las mujeres en muchos aspectos, sin importar el país de origen o la clase social. En Tienes que Mirar, la autora rusa Anna Starobineta, narra la pesadilla que vivió al enterarse que el bebé que esperaba venía con una malformación congénita. Todos los médicos en Rusia le dijeron que no tenía caso que continuara con el embarazo pero, al mismo tiempo, había una especie de estigma por tener que terminarlo, por lo avanzado de la gestación. Como si fuera un monstruo, como si fuera su culpa, cuando el pronóstico indicaba que no había posibilidad que el niño superviviera. La autora tuvo entonces que salir de su país a buscar una clínica en Alemania especializada en terminación de embarazos avanzados, en donde pudo comparar la diferencia del trato. Aun así, el proceso fue traumatizante, doloroso y sumamente solitario. ¿Y cómo podía ser de otra forma? Meses después, deberá enfrentar ataques de pánico y depresión y, de nuevo, la incomprensión de los profesionales de la salud. El testimonio de Starobineta no puede ser menos que estremecedor porque refleja el juicio que continuamos sufriendo las mujeres por hechos que se relacionan con nuestro cuerpo: como si fuera una obligación traer hijos al mundo pero cuando se traen y tienen problemas es nuestra culpa; como si la depresión posparto o por la pérdida de un hijo fuera simplemente “histeria” y así se continúan sumando cosas.