El dictador manda, y mucho. Y todos le obeceden, incluso el sol, a quien ordena salir cada día. Al dictador le gustan solo los cuentos que hablan de sí mismo. Y hasta él se habla a sí mismo, dándose órdenes absurdas. Es lo que tiene ser dictador 🤷🏻♀️. Todos los días acude al ministerio. Allí, a veces el dictador declara la guerra... de cojines. Y pierde alguna que otra batalla. Para un dictador es importante saber escribir su nombre. Y el dictador siempre lo escribe: yo, yo, yo. 😍 Pero después de una dura jornada de aprendizaje y órdenes, el dictador solo piensa en Sirkka y sus preciosos ojos azules♥️. Aunque parece que a ella no le gusta que él sea un dictador. Ella no obedece sus deseos. 🤔 ¿Podrá cambiar el dictador su forma de ser... por amor? -------- Estamos ante un #albumilustrado que me ha gustado por varias cuestiones: 🔸Por el juego que se establece en el texto. El dictador no es más que un niño. Tirano, sí. Pero solo un niño. 🔸 Por el juego que se establece en la ilustración, con algunos toques bélicos pero también otros serenos e inocentes. Desde la tipografía hasta la apariencia del protagonista. 🔸 Por el juego temporal: un día entero y la escuela como escenario. Mil oportunidades para mandar...y para darse cuenta de que así no se consiguen amigos. 🔸 Por los toques de realidad: a más de un pequeño dictador conozco yo! 🔸 Por su humor sutil e inteligente. 🔸 Porque, en el fondo, también es una historia de amor. En un formato alargado, es un pequeño y original libro que permite una gran reflexión (por ejemplo, en torno a la #guerra). Recomendado por la editorial a partir de los 5 años de edad. + Leer más |