la felicidad llama a la puerta que le sonríe
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la felicidad llama a la puerta que le sonríe
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La gente ve lo que decide ver porque no cuestionan que aquello que la mayoría les presenta como verdad sea realmente cierto.
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Nunca somos tan poderosos como cuando estamos enamorados y somos correspondidos.
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No hace falta ver a una persona todos los días para conocerla, para quererla.
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Cuanto más deseamos que algo llegue, más sorprendidos nos quedamos cuando finalmente sucede lo que tanto esperamos.
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El corazón tiene razones que la razón no entiende.
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Siéntete orgullosa de quién eres y de lo que tienes.
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Nunca nadie sabe por qué, pero, si un corazón se mueve cerca de otro, tira de él como si estuvieran unidos en la distancia por una cuerda invisible.
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No hay que concederle nunca espacio a las dudas, a las suposiciones; solo sirven para hacerse heridas que luego te costará curar.
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Estaba guapa porque estaba contenta y estaba contenta porque era feliz.
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