Y entonces lo oí. El ruido. Pum. El estallido más terrible que he oído en mi vida, el más ensordecedor, el más desgarrador. Como si todo fuera a morir después de semejante estampido.
|
Y entonces lo oí. El ruido. Pum. El estallido más terrible que he oído en mi vida, el más ensordecedor, el más desgarrador. Como si todo fuera a morir después de semejante estampido.
|
La gente se cansa antes enseguida de esperar a que estés bien.
|
Y no aprender el miedo. Porque hay cosas que no quieres aprender , que no tendrías que aprender, y las aprendes para siempre. Y ya no se puede hacer nada, ni se puede querer nada, ni sentir nada con tanto miedo. Ni se puede volver a ser como se era antes, porque antes no se había aprendido el miedo.
|
Y en mi fuero interno tienen sentido todas las cosas que no lo tienen, y han dejado de tenerlo todas las que deberían tenerlo.
|
Yo les dije alguna vez que vinieran a bañarse al río, que en la montaña no hay guerra, que las guerras se terminan pero las montañas nunca se terminan, que la montaña es más vieja que la guerra, y más sabia que la guerra, que si estás muerto ya no pueden matarte otra vez.
|
Siento que no volvieras y siento haber querido siempre que volvieras. (...) Y siento perdonarte cuando te perdono. Y siento no perdonarte cuando no te perdono. Y siento que a veces no basta con sentirlo, como a veces no basta con quererse.
|
["Respiro hondo para que este aire tan limpio, tan húmedo y tan puro de montaña me llegue hasta lo más hondo de los pulmones. Este aroma de tierra y de árbol y de mañana. No me extraña que la gente de aquí arriba sea más buena, más auténtica, más humana, si respiran este aire todos los días. Y beben agua de este río. Y contemplan todos los días la belleza de estas montañas mitológicas, tan hermosas que duele en el alma."]
|
Elegíamos el color de las crestas y el de los campos, el brillo de los ríos y el de los ojos que miran el cielo.
|
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?