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Crítica de erick_ascencio


erick_ascencio
19 October 2021
Desde que vi este libro como novedad me llamó la atención por varias cosas, entre ellas la portada (sencilla, pero llamativa), que la autora es coreana y quiero diversificar mis lecturas, y que trata temas de salud mental.

Yunjae nació con alexitimia, la incapacidad de reconocer y expresar emociones y esto le ha traído muchos problemas durante su vida. Los médicos solo lo ven como objeto de estudio, la gente lo ve cómo un anormal y en la escuela es motivo de burlas. Lidiar con este trastorno ha sido difícil para la familia, pero entre su madre y su abuela han podido sobrellevar esta situación enseñándole a identificar las emociones de otros. Yunjae tiene 16 años y está por pasar el momento más duro de su vida: su madre y su abuela son atacadas a sangre fría. A partir de ese momento tendrá que aprender a vivir y lidiar con todo solo, hasta que un par de personas entran en su vida: Gon, el bully de la escuela y el doctor Shim, su vecino.

De primera impresión suena como una historia mega emotiva con una carga emocional muy grande de trasfondo. Y en realidad sí lo es, tenemos una historia bastante única donde nuestro protagonista tendrá que atravesar muchas situaciones adversas para poder crecer personalmente. Creo que lo que más me llamaba la atención del libro es que tratara un problema de salud mental poco conocido, pero rápidamente se ve opacado por la tragedia y el drama, dejando a nuestro protagonista solo, en medio de un mundo que aborrece lo que desafía la normalidad y que no está dispuesto a comprender. Así que nuestra trama básicamente es crecer (inserte emojis de estrella para que se vea aesthetic), en medio de la adversidad, con Yunjae.

Antes de pasar a otra cosa, me gustaría hablar del tema que más llamó mi atención, la alexitimia. En el contexto en el que se nos presenta la historia es la incapacidad para reconocer, sentir y expresar emociones (como cuando Timmy Turner pide no sentir nada y siempre respondía "yo, nada"), lo que nos da como resultado a un niño aparentemente apático e insensible ante lo que pasa a su alrededor, lo que hace que sea considerado como alguien cruel. Cuando su madre se da cuenta que su hijo no tiene un comportamiento típico de su edad decide llevarlo al médico y, tras mucho batallar, dan con su diagnóstico: alexitimia, que es resultado de que su amígdala, el centro regulador de las emociones en el cerebro y que curiosamente tiene la forma y tamaño de una almendra (de ahí el título del libro :v), no se desarrolló correctamente, siendo más pequeña de lo que debería ser. El gran problema aquí es que, tan rápido como llegaron al hospital, se van, y me parece realmente una pena que se retrate al personal de la salud como personas deshumanizadas que solo ven a los pacientes como medios para lograr objetivos y no como personas, satanizándolos y glorificando a la madre. La solución que encuentran es educar a Yunjae en emociones, el cómo reconocerlas y cuáles son las respuestas esperadas a ellas. Y esto, la parte de la educación emocional, me parece más que inteligente porque, típicamente, no se enseña a entender las emociones porque se asume que es algo innato y que todos sabemos lo que significan. Terminé encantado con el hecho de que se recalque que todas las emociones son necesarias, pero que la empatía es indispensable al momento de forjar relaciones interpersonales, algo que nuestro protagonista (y un montón de onvrez más que pululan por ahí, jsjs) tiene que aprender todos los días, poco a poco.

Todo el peso de la trama lo carga Yunjae, nuestro protagonista. Es un chico de dieciséis años solitario incluso desde antes del ataque a su familia. En la escuela nunca fue popular o tuvo amigos debido a su condición médica y el miedo que generaba su expresión indiferente ante todo; posterior a la tragedia de su familia se vuelve objeto de burlas y, finalmente, el blanco del bully. Es difícil expresarme de él objetivamente porque claro que hay momentos en los que me desesperaba o quería que reaccionara ante lo que sucede en su entorno, pero no puedo evitar empatizar con su situación y sentir la soledad en la que se ve recluido día a día solo por ser diferente y que nadie se detenga a, siquiera, intentar entenderlo. Aunque si tengo que quejarme de algo y lo que definitivamente no me cuadró es que, a pesar de que su familia se la ha pasado años enseñándole cosas de manejo de emociones y cómo reaccionar de manera típica o esperada a las situaciones, Yunjae parece ciego ante lo que los demás hacen, por ejemplo, cuando no reconoce que sus compañeros se burlan de él por algo que dijo. En fin, puedo juzgarlo, pero jamás sabré del todo qué tan ciertas son mis dudas, así que solo tengo buenos sentimientos hacia él y la mayor parte del tiempo quería ser su amigo y darle un abracito porque su vida no es nada fácil y lo que más me duele es que nadie mostró empatía hacia él, pero si querían que cumpliera con las expectativas de la sociedad (la hipocresía).

Tenemos un par de personajes secundarios bastante relevantes y que terminaron gustándome en diferentes grados.
Gon, el bully del salón. Es un chico con una historia familiar súper dura, que trae dentro muchísimas cosas y la única manera que conoce para expresar sus sentimientos es la violencia. No soy fan de la manera en la que empieza a entablar su relación con Yunjae, pero una vez que el vínculo se forma, fui fan de su amistad, la forma en la que hablan de cosas importantes sin hacerlo explícitamente y crecen hasta el infinito.
El doctor Shim, su vecino. de él no sabía si realmente hablar porque no se menciona en la sinopsis, pero es parte fundamental de la historia y, a mí gusto, el personaje secundario que más aporta en todo esto porque funge de guía emocional para Yunjae y nunca se entromete de más o tiene una conducta imperativa, simplemente deja a Yunjae ser y está ahí para él y lo que necesite. Fan de este señor.
Hay un personaje extra que sale en la sinopsis, Dora, que me gusta bastante individualmente, pero que sale sobrando porque, a mí parecer, su inclusión fue forzada, nada natural, innecesaria y le quita ritmo y fuerza a la historia.

Mis partes favoritas son las escenas de la infancia de Yunjae, el tono cálido que destina a su familia y los momentos que pasó con ella. Me encanta la tercia que forman con su mamá y abuela, la necesidad que tienen estas por hacerlo encajar y que, a pesar de todo, lo aceptan y quieren tal cual es y le muestran que siempre estarán para él sin importar qué. Realmente no sé cómo son las dinámicas familiares en Corea, pero me transmitían mucho cariño y me dolió ver cómo su pequeña burbuja se rompía violentamente.

Solo hay una cosa de la que tengo que quejarme y es el hecho de que la historia se siente excesivamente cargada de drama y tragedia. Y no me refiero a su condición médica, esa es el menor de los males que tiene por afrontar. El que su familia, su pequeño refugio, sea ultrajado de una manera tan violenta, que tenga que lidiar con la soledad, un par de personajes que entras a complicarle la existencia y el posterior rechazo de la sociedad es demasiado, para ser francos. Yo habría sido fan de ver una evolución sentimental natural y escalonada, no una donde Yunjae se viera obligado a crecer por las circunstancias trágicas que lo rodean que, además, son ajenas a su persona. Me pareció un conducto inadecuado para mostrar que las personas son capaces de crecer, y por momentos sentí que la autora nos quería transmitir un mensaje de que sobreponernos a las condiciones adversas, principalmente sufriendo, es lo que nos forja y vuelve seres humanos.

La narrativa es súper amigable, nunca se llega a sentir densa o monótona, haciendo que no puedas dejar de leer, a pesar de que no pasan muchas cosas, y que lo termines en un par de días (sobre todo si son lectores lentos como yo :v). Todo está contado en primera persona desde la perspectiva de Yunjae, así que tenemos muchos vistazos a sus pensamientos, percepciones del mundo y las situaciones que vive. Siento que la autora supo transmitir el no sentir del protagonista porque, aunque las escenas tenían una fuerte carga emocional, podían llegar a sentirse frías porque, aunque Yunjae sabía lo que sucedía, no comprendía lo que motivaba dichas acciones, por ejemplo una rabieta.

En resumen, Almendra, es una historia diferente, con muchos matices, un protagonista complejo, una narrativa simple, muy empática y que resulta fácil de leer, donde se presentan varias situaciones adversas muy duras y me habría encantado que se profundizara más en ellas y la enfermedad del protagonista. Aún con sus fallos, es muy fácil querer a Yunjae y empatizar con Gon.
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