Una historia cargada de humor negro, gore y crítica social. La premisa me encantaba y tenía las expectativas bastante altas, pero no me ha convencido la forma en la que está narrada. Como siempre, para gustos los colores y que al final no haya sido una lectura para mí, no significa que a otras personas no les vaya a gustar. Todos sabemos (salvo que vivas alejado del mundo en un agujero en medio de la nada) cómo son los americanos y, muy especialmente, como es el votante medio de Trump: machista, racista, homófobo etc. por lo que no creo que sea necesario soltar comentarios de este tipo en cada página del libro(una vez, dos por poner en contexto, te lo puedo comprar pero hasta ahí) . Llega un punto en el que resulta molesto y a mí me ha hecho sentir incómoda. Por no mencionar la cantidad de lenguaje malsonante, obscenidades etc. que también aparecen en cada página. Y no soy una persona especialmente remilgada, pero es que me parece que se abusa bastante de este vocabulario. También se introducen muchos personajes cuyos nombres no recuerdas y por tanto cuyas muertes te importan más bien poco. Llegados a cierto punto, y en vista de lo odiosos que son casi todos (que sí, que está hecho adrede, lo sé) solo quería ver a los bichos cargarse a todo el mundo. Team Chupacabras forever. + Leer más |
Auxíliame, oh, musa, pues temo que mi voz no alcance y debo hablar sobre las tres. Tres eran las Parcas. Tres fueron las Moiras. Siempre fueron tres: la Doncella, la Madre y la Vieja. Tres en Cielo, Tierra e Infierno. Tres por la vida, la muerte y la parte confusa y dolorosa que hay en medio. Y si el patriarcado robó el triunvirato y la trinidad… Ellas serán una Tríada. Que mi súplica te sea grata.
Arcángeles y súcubos, hechizos y balas, acero y seda, santos y pecadores cohabitan en la Madrid actual.
So Blonde inicia en La Tríada: Tierra su obra más ambiciosa hasta la fecha para presentar una novela tan inclasificable como irresistible. Un mezcla diabólica de acción, terror urbano y comedia en la que el Infierno huele a perfume de lujo, los pentáculos se trazan con pintalabios y los coros loan a ritmo de rock 'n' roll.