Este libro infantil me ha sorprendido muy gratamente. Se trata de un libro destinado a lectores a partir de seis años, pero que puede ser leído por niños de diferentes edades, pues se puede trabajar de diferentes formas en función del perfil de los alumnos que lo disfruten. Es una novela de aventuras en la que aparece un castillo con sus reyes y príncipe, por lo que no se trata de una lectura clásica, sino que en ella los niños cobran protagonismo y se adentran en un bosque que les llevará a conocer a personajes sorprendentes y a correr numerosas aventuras. La trama logra atrapar al lector y que desee continuar leyendo para saber cómo acaba la historia, pero el final se queda algo abierto. Esto puede resultar muy positivo, pues invita al lector a que continúe leyendo la segunda parte. En lo relativo a la edición (algo muy importante en un libro destinado a niños), está muy cuidada en todos los sentidos. En cuanto a la grafía, se utiliza la letra enlazada, por lo que resulta asequible para los primeros lectores, además, se utiliza un vocabulario sencillo que se va haciendo algo más complejo a medida que avanzan los capítulos. al igual que progresa el vocabulario, crecen los capítulos, es decir, los primeros son muy breves y, poco a poco, van ganando en extensión. Algo que me ha gustado muchísimo es que el libro incluye al final de cada capítulo preguntas acerca de lo leído en él. Dentro de estas preguntas se pueden distinguir tres tipos: literal, inferencial y crítica (cada una impresa en un color que la identifica). Además, al final del libro se incluyen unas actividades especiales que favorecen la creatividad, la imaginación y la investigación. Por su parte, las ilustraciones son sencillas, pero logran acompañar a la perfección a la lectura. En definitiva, es una lectura altamente recomendable tanto por la trama en sí misma como por su carácter didáctico al favorecer el desarrollo de la comprensión lectora (una de las principales carencias de los alumnos de Educación Primaria). + Leer más |