Si te gustan las historias que mezclan lo fantástico con el realismo más cotidiano, que te cuentan lo más escabroso y sucio de una forma sublime, tienes que leer este libro de Cristina Sánchez-Andrade. Me ha encantado descubrir que los relatos tienen nexos de unión entre sí, sobre todo, porque en alguno de los casos no son tan obvios y esas pequeñas pinceladas me hacían sonreír. He ido pasando por muchos sentimientos mientras leía este libro, me he descubierto odiando y amando personajes casi a la vez y dependiendo de las decisiones que tomaran, porque créeme que esto no va a dejarte indiferente. Además la autora ha sabido plasmar la decadencia, la pobreza, los prejuicios y las habladurías de las zonas rurales y nos muestra perfiles de gente muy dispar, con muchas luces y sombras, que podremos llegar a entender o quizás no, depende de lo mezquinos que nos parezcan. Pienso que todos los relatos están a la misma altura unos de otros, quizás el que más mal rollero me ha parecido ha sido "La olla exprés" y el que me ha dejado el sabor más agridulce ha sido "El Pacheco", porque me ha parecido triste y bonito a la vez. Seguramente sean los que más recordaré cuando piense en esta antología. Este año quiero volver a probar leer a la autora y ya me he apuntado en la wishlist "Las Inviernas" que seguramente caiga en breve. |