Otoño

Lo primero que tengo que decir de "Otoño" es que no ha sido para nada lo que me esperaba, me ha sorprendido muchísimo. Es un libro extraño y bastante entrañable, lleno de metáforas y de historias dentro de otras historias. La escritura de Ali Smith es sencilla, pero a la vez es una escritura sorprendente, que siempre te lleva por sitios que no te esperabas.

Habiéndose promocionado como "el primer libro post-Brexit", pensaba que iba a ser mucho más político, que se centraría principalmente en ese tema y que hurgaría con ganas en la herida. Sin embargo, el libro toma la Inglaterra post Brexit como un paisaje que rodea a los personajes, pero no incide demasiado en ello, no se detiene en los detalles. Simplemente forma parte de la ambientación, y aparece más bien como una gran metáfora que envuelve la trama.

El libro en realidad cuenta la historia de una amistad intergeneracional muy especial entre Elisabeth y su vecino, David. David es un señor bastante mayor con una imaginación desbordante, y con muchas historias que contar y Elisabeth es una niña-adolescente-adulta ávida de aprendizaje y de curiosidad. Juntos forman un combo muy peculiar que desafía el paso del tiempo.

Entre todo esto se entrelaza un episodio muy mediático de la historia de Inglaterra - el escándalo Profumo-, y una pintora Pop estupenda -Pauline Boty- que yo no conocía y que me ha encantado poder descubrir de la mano de Ali Smith. Las descripciones de los collages y las pinturas de Pauline Boty se funden con la escritura-collage de la autora, en una analogía perfecta de una historia que se va construyendo a trozos, que disloca el tiempo con continuos saltos que van hacia delante y hacia atrás, y que mezcla también diversas tramas.

Creo que no es un libro que le vaya a gustar a todo el mundo. La forma de narrar a veces es tan metafórica y fragmentaria que es fácil perderse. Pero siento que es el típico libro que si te gusta, te gusta mucho. Yo soy del segundo grupo. Ali Smith ya tiene un huequito en mi corazón.