Heredarás la tierra

Quizás esta sea la única reseña que no vaya a comparar Heredarás la tierra con El rey Lear porque no tengo el gusto de haber leído la segunda. Pero de lo que sí sé es de la cantidad de desencantos que les caen a las mujeres por diversos motivos (ser hijas, ser esposas, ser madres, ser mujeres con otras mujeres), que se resumen en ser mujeres.
Así, nos encontramos en Zebulon, en medio de la nada estadounidense con mil acres de tierra, las más prósperas del condado, y con un padre viudo que es un gran granjero pero un condenado, que, un día inesperado, decide pasarle el testigo a sus tres hijas: dos de ellas habitantes y también, con sus respectivas familias, trabajadoras de esas tierras; la otra, abogada en la ciudad. Y empiezan las discrepancias, entre las hijas y también con el padre. El menú está servido.

La prosa de Smiley engancha desde las primeras páginas, aquellas en las que te mete en el ambiente y te presenta a la familia. Algo fundamental porque sin ello quizás no llegarías a las páginas donde ya-no-puedes-parar-de-leer porque los temas, los actos se suceden en una vorágine trepidante que arrasa con todo y con todos.
Y llegados a este punto, no quiero ser explícita, así que solo diré que el abanico se abre tanto que va de la traición a la venganza, y mientras, pasa por tantas otras cosas que enumerarlas iría en contra de la historia. Pero digamos que todo lo que le pueda pasar a una familia, le pasa a ésta.

Diré que yo siempre he sido escéptica ante los libros en los que todo pasa porque me parecen poco realistas, pero aquí es necesario volver a destacar la pluma de Smiley. Si no escribiría como escribe no podríamos comprarlo, pero en Heredarás la tierra todo es tan fluido a nivel de narración que es orgánico, que nunca dices "sí hombre"/"venga ya", unas exclamaciones a las que yo tiendo fácilmente. Por ello, más que dar a conocer la trama, quiero dar a conocer lo gran novelista que es la autora.

Si alguien quiere comentar conmigo el final, por favor, que me escriba. Mientras tanto, si los demás queréis un libro de esos de los que no te puedes despegar, que no os dé miedo ni el grosor ni la temática, es un novelón, con todo lo que "novelón" implica.