Agradezco el comentario, pero ¿ha vuelto el Miles de siempre? En realidad, no. Voy a tardar más de ocho semanas en aceptar que la mujer con la que creía que me iba a casar ha desaparecido de cualquier escenario futuro que pueda imaginar. Jordan no conversará conmigo mientras «cocino», no se acurrucará contra mí en el sofá mientras vemos un documental de Netflix, no vestirá de blanco para encontrarse conmigo frente al altar… Sin querer, miro hacia Nathan y me doy cuenta de que nunca observaré a un pequeño ser humano junto a ella, sintiéndonos los dos agotados y felices.