La biblioteca de París

POR FIN. Por fin encuentro otro libro este año que va directo a mi top de mejores lecturas, este año solo había encontrado uno al que ponerle cinco estrellas y me estaba empezando a desesperar; entre que cada día me cuesta más empezar una lectura y que no me acabo de meter en las historias al 100% llevo arrastrando una crisis lectora desde hace meses.

Hace un tiempo que casi todo lo que leo es novela histórica, en especial contextualizada en la Primera y Segunda Guerra Mundial. Es cierto que algunas historias llegan a resultar "desagradables" por lo duras que son, espero no equivocarme al decir que casi todos sabemos lo que pasó en este período de tiempo, hay novelas que se recrean demasiado en el sufrimiento y en bastantes casos es difícil llegar al final de las mismas.

He leído varios comentarios en diversas reseñas ambientados en esta época diciendo que no soléis leer este tipo de historias con la crudeza de los relatos. Pues bien, si os llama un poco la atención este período en la historia, os recomiendo sin lugar a dudas este libro, pero antes de explicar por qué vamos a ponernos en contexto.

Este libro alterna dos voces y períodos distintos. Por un lado, Odile en 1939 y por otro Lily 1983. La historia de Odile comienza haciendo una entrevista para el trabajo de sus sueños en la Biblioteca Americana de París, sobra decir que adora leer y para su edad cuenta con un bagaje impresionante a nivel cultural. Sus padres no la apoyan, no consideran necesario que su hija trabaje prefieren buscarle un buen partido, el padre no cesa en sus intentos de presentarle candidatos a futuro marido. Uno de ellos acaba cuajando, convirtiéndose en un pilar importante para la joven.

En 1940 las fuerzas alemanas acaban tomando Francia, muchos intentan huir del país y la mayoría acaban bajo el yugo del régimen. En este libro veremos otra faceta más allá de los holocaustos y sin meternos en la cruenta batalla, conoceremos cómo los civiles van analizando las noticias que les llegan y cómo van viendo lo que se les viene encima. Con el régimen nazi todo cambia: de un día para otro vecinos desaparecen, los negocios son intervenidos, cualquier conocido puede delatarte ante el régimen incluso aunque sea falso, espionaje y rebeldes, etc. Y, lo principal en esta historia, el poder de los libros y cómo los nazis destruían la cultura, considerándola un peligro para el régimen.

La autora consigue mostrar la fealdad del momento con delicadeza, sin ocultar las barbaridades vividas pero con sutileza. de la mano de Odile viviremos de primera mano toda la crudeza, a través de sus vecinos veremos más perspectivas y con las cartas de su hermano nos trasladaremos de forma somera a la batalla. Sin lugar a dudas, quienes estuvieron en primera línea recibieron la peor parte; pero los civiles que intentaban seguir con sus vidas o negocios, con miedo a que cualquiera les delatara, escondidos de la temible sombra nazi y la mayoría pendientes de recibir cualquier carta o aviso con información de su ser querido en batalla, son situaciones difíciles de digerir también. Era una incertidumbre constante.

En la parte de Odile veremos cómo esa joven inocente y soñadora va madurando, convirtiéndose en una mujer sosegada y segura, una mujer que vio y vivió una época oscura, levantándose día tras día para defender su trabajo a pesar de las circunstancias, sorteando el temporal e intentando hacer de tripas corazón. Intentó aportar su granito de arena, dando consuelo a través de los libros y ayudando en todo lo que podía.

Cabe destacar la historia de amor tan bonita que encontraremos en la parte de Odile, se cuece a fuego lento y hay mucha complicidad entre ellos. A pesar de vivirla en tiempos convulsos es emocionante ver cómo se apoya el uno al otro. ¿Podrá este amor sobrevivir a la guerra?

Por otro lado, Lily. al principio puede resultar más llamativa la parte de Odile pero en esta etapa, la muchacha conoce a una señora entrada en años que tiene un aura misteriosa, se siente atraída por ella y quiere conocer su historia. La historia de Lily tiene gran importancia y, obviamente, se entrelazará con la de Odile.

Odile guarda un secreto importante que marcará un antes y un después en su vida. En un simple acto de celos acaba sentenciando su sino.



« –Un general envió varios camiones desde la Línea Maginot para recoger material de lectura– dije con aplomo–. Sí, los soldados tienen tiempo, y nuestro objetivo es apoyar a los que están enfermos, heridos o tristes. Debemos ayudar a levantarles la moral.
–¿La moral? Entonces, ¿para qué enviarles libros? ¿Por qué no les envían vino?– intervino un pelirrojo–. Yo lo preferiría.
–Bueno, nadie ha dicho que sean objetos incompatibles–respondí.
Todos rieron.
–Pero sí, ¿por qué libros? Pues porque ninguna otra cosa posee esa capacidad mágica de hacer que las personas veamos con los ojos de otros. Nuestra biblioteca es un puente de libros entre culturas.»



«Las bibliotecas son como los pulmones–garabateó en una hoja, a pesar de que a la pluma le costaba seguir la velocidad de sus ideas–. Los libros son el aire fresco que necesitamos para que nuestro corazón siga latiendo, para que nuestro cerebro siga imaginando, para mantener viva la esperanza.»