Me ha gustado bastante. Lo que empieza siendo un desastre, se convierte en una historia bonita, que te hace reflexionar, con sus toques de humor y drama. Tiene situaciones bastante peculiares y a la vez cotidianas. La isla y sus personajes me han encantado, me han recordado a mi pueblo, por la forma que tienen de relacionarse sus habitantes y lo bien que acogen a los forasteros. Los capítulos son cortos y de lectura ágil, están contados por los dos protagonistas, alternando entre ellos. Ha habido algún momento que me han desesperado con sus indecisiones y sus largas meditaciones. En esta novela aprenderemos que antes de querer a alguien, hay que quererse primero a uno mismo y que los cambios a veces son necesarios. |