Púa

Púa no tiene nada que ver con la serie de Bevilacqua, es un thriller independiente que me entretuvo bastante. Debo confesar que estuve tentada de abandonar la lectura al principio porque me sentí asfixiada por la cháchara abundante, pero de repente, y, al cabo de bastantes páginas, el libro me enganchó fuerte, además lo encontré interesante.

Y fue fascinante leer que en España existió un cuerpo de élite policial que Silva llama la Compañía, un cuerpo paramilitar ultra secreto qua trabaja para el Estado y las policías, pero que es totalmente autónomo. Los hombres seleccionados seguirán una formación y vivirán bajo identidades secretas.

El libro está consagrado a Púa, es su nombre clave y nunca conoceremos su verdadera identidad; lo seguiremos desde su infancia con un recuento breve del drama familiar que lo llevó a enrolarse en la Compañía : su hermano menor murió en uno de los tantos atentados terroristas perpetrados por la ETA (que nunca será nombrada en el libro), pero que el lector reconocerá por los relatos sobre las atrocidades cometidas y por el modus operandi entre España y Francia.

Púa trabajó en binomio y en casos sumamente riesgosos con otro infiltrado, Mazo, creando lazos, no de amistad, sino de confianza, además que ambos salvarán el pellejo del otro en misiones difíciles. Y cuando Mazo llega al final de su vida por enfermedad incurable, recurre a Púa para que saque a su hija única del mal paso que ha dado.

Con esta misión, comienza la parte más palpitante de la novela : habrá acción, preparación minuciosa y muchas traiciones.

No hay un final feliz, pero hay un final justo y ya es mucho. Y siempre la buena escritura de Lorenzo Silva.