Todos mis veranos los pasé en Galvana

Intentar hacer una reseña de un libro de Pablo Sierra sin desvelar ni uno de sus secretos, se ha vuelto una misión prácticamente imposible.

Lucas Laguardia es un joven que se ha criado en Galvana, en plena España vaciada. Tierra árida y de recias costumbres, como sus gentes. ¿Qué pasa cuando no encajas en el lugar donde vives? ¿Qué alternativa existe cuando tú mismo estás empezando a descubrirte?

Cualquiera que tengamos pueblo y hayamos pasado un verano en él, sabemos de los ritmos, de las costumbres, de hacer lo que se debe para que no te señalen... Pero Lucas decide virar el rumbo de su vida, casi por accidente, en un verano que lo cambió todo. Y como la vida es cíclica, años después, ha de enfrentarse a todo aquello de lo que huyó y que le ha convertido en la persona que es hoy...

Es el tercer libro de Pablo que me leo y, de nuevo, me ha conquistado. En esa forma suya tan particular de narrar despacio, como si no pasara nada y, cuando quieres darte cuenta, pasó de todo.

Lectura muy recomendable y deseando que llegue el siguiente libro.