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La humanidad siempre ha ido en busca de burlar a la vejez, las enfermedades, la muerte, pero... ¿nos hemos planteado que pasaría si esto sucediese? ¿que pasaría si nadie pudiera morir, si pudiésemos rejuvenecer las veces que quisiéramos? ¿que pasaría con la sobre población? Todas estás incógnitas nos las resuelve Neal Shusterman en este libro en el que no solo la gente puede no morir sino que al parecer no está permitido morir por uno mismo, así que en este mundo se crea la figura de los segadores, personas entrenadas en el arte de matar y que son los únicos que pueden quitar la vida sin posibilidad de reanimación. Los protagonistas, Citra y Rowan, son dos jóvenes que en un momento de sus vidas se cruzan con un segador el cual ve en ellos cualidades para convertirse en futuros segadores, así que los toma a los dos como novicios, sin embargo solo uno podrá convertirse en segador, el que no lo consiga volverá a su vida anterior. El libro sin duda engancha desde el primer capítulo, despierta la curiosidad de como sería ese mundo donde nadie puede morir, donde no hay asesinatos, ni accidentes y si los hay te reaniman sin ningún problema, hace que quieras seguir leyendo para ver como funciona todo. Los dos protagonistas adolescentes la verdad es que no me han parecido demasiado carismáticos al menos a mí, sin embargo los segadores si que consiguen llamar la atención y se ve perfectamente los diferentes modos de actuar y que les mueve a hacer lo que hacen. Quizá Rowan es un poco más interesante que Citra, incluso su evolución es mucho más atractiva. Hay un par de giros de trama que también llaman mucho la atención y consiguen que te mantengas enganchado y con ganas de más. Sin duda un libro muy recomendadle, estaba pasando por un parón lector y este libro como que me ha hecho superarlo. Estará en mi top 10 de mejores lecturas del año seguro. |
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