Es el primer libro que leo del autor y, sin duda, no será el último porque he disfrutado desde la primera hasta la última página. Para empezar, os advierto que durante la lectura es posible que se os seque la garganta y sintáis la necesidad de beber agua fresquita constantemente. Como podéis ver en la sinopsis, la historia gira alrededor de la escasez de agua. ¿Que pasaría si algún día el agua se acabase? ¿Cómo reaccionariamos? O mejor dicho, ¿Cómo estaríamos dispuestos a sobrevivir? Estas son algunas de las preguntas a las que incita la trama. Una trama, a mi parecer, bastante original al estar narrada desde el punto de vista de niños y preadolescentes, pues le añade un punto de inocencia. Lo que más me ha gustado es que los autores no han buscado el morbo de mostrarnos situaciones excesivamente explícitas, violentas y perturbadoras. Aunque eso no quita que nos encontremos ante situaciones difíciles y duras de digerir, pues la supervivencia puede llegar a transformar al ser humano. Los personajes son geniales, muy distintos y peculiares, cada uno aporta dinamismo y nos muestran distintas formas de afrontar un problema de tal magnitud. He disfrutado, en especial, con Kelton y Jacqui. En definitiva, lo recomiendo muchísimo.
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