Joyita. Este relato es remontarse a los inicios del terror. Incluso Drácula bebe directamente de él. Y no es para menos. Mantiene una tensión y una intriga sútil, pero in crescendo siempre. Es un placer descubrir relatos así, en una época en la que el tema vampiro está tan explotado, que descubrir algo que sientas distinto es casi imposible. Pero Carmilla tiene algo diferente. Sabe a inicio. Sabe a leyenda. Obviamente pienso seguir leyendo al autor, puesto que dedicó su vida al género del terror. Maravilla.
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