Bree tras un trágico suceso decide huir e instalarse en un pequeño pueblo en una cabaña junto al lago en Pelion. Necesita sanar sus heridas y empezar a vivir de nuevo. De forma inesperada conocerá a Archer, un chico que lleva años aislado del mundo en su casa y se contenta realizando reformas en su hogar y leyendo libros. Es invisible a los ojos de los habitantes de Maine, lo tachan de arisco y peligroso sin conocer realmente los fantasmas del pasado que lo consumen. Bree & Archer comenzarán una amistad que se cuece a fuego lento y descubrirán que sus sentimientos son más profundos de lo que se imaginan. ¿Conseguirán vencer sus propios demonios internos? Me enamoré de Archer!! Es tan distinto a lo que estamos acostumbradas. Es tan dulce, inseguro e ingenuo que dan ganas de abrazarlo y no soltarlo jamás. Bree es encantadora y cariñosa. Parece ser la única que lo comprende y capaz de comunicarse con él de una manera especial. Dos corazones rotos 💔 que se apoyan mutuamente y se atreven a desafiar a la razón. Y es que quizá no había razones, quizá no todo era blanco o negro, sino de mil tonos diferentes de gris cuando se trata de dolor y sentimientos. Sólo os diré que cerré el libro con lágrimas en los ojos y tanto la pluma cómo los sentimientos tan profundos que transmite la autora me han cautivado. |