La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey

Ya de entrada que sea un libro epistolar me ganó un poquito. Siempre me ha gustado la correspondencia por correo. Esa espera. Abrir un día el buzón y encontrar la sorpresa de una carta. Cuando era pequeña teníamos una casita en el campo y allí veraneaban niños y niñas de muchos lugares diferentes. Durante el invierno me carteaba con mis amigos y amigas. Aún recuerdo esa ilusión de recibir respuesta.

Por eso cuando empecé este libro me fui metiendo poco a poco en la piel de Juliet y cada carta que ella recibía era como si yo misma lo hiciese. Y así, entre carta y carta fui conociendo a Juliet y a todos los miembros de esta singular sociedad literaria.

La primera carta está fechada en enero de 1946. Nos encontramos ante una época difícil, tras la Segunda Guerra Mundial. Donde toca rehacer todo, intentando celebrar la vida sin poder olvidar el horror del pasado.

Y justamente así encontramos a Juliet Ashton, una escritora en medio de una crisis de inspiración, que recibe la carta de un desconocido de la isla de Guernsey que ha encontrado un libro que le pertenecía a ella y le pide ayuda para encontrar algún otro del mismo autor. En la carta también comenta que pertenece a La Sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey. Juliet movida por la curiosidad de tan peculiar nombre le contesta pidiéndole que le cuente el origen de la sociedad literaria y su nombre y es así como comenzará una larga correspondencia no solo con él, sino con todos los miembros de la sociedad literaria. Hasta que Juliet por fin decide visitar Guernsey para conocerlos en persona y escribir sobre ellos. Una visita que cambiará su vida.

Como sabía que recientemente lo habían adaptado al cine, no perdí un segundo y me vi la película enseguida. Aunque como siempre pasa con las adaptaciones han cambiado cosas y resumido u omitido otras, me gustó bastante pues la esencia del libro permanece.