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Crítica de Ros


Ros
25 January 2023
Una breve antología de una gran poeta que fue una pionera en lo que podemos llamar lírica confesional, ya que demuestra en sus poemas toda la intimidad de su sentir en un viaje hacia las profundidades de su existencia.

Hoy me siento distinta y hoy os presento una lectura de poesía y de dolor. Una exquisita colección de poemas que nos sirve para acceder a la gran obra de la gran escritora norteamericana, reconocida y premiada ya en su tiempo, Anne Sexton.

Si comenzamos por el título del poemario, que ya nos llama la atención, es que se trata del verso inicial del primer poema de la selección, titulado El beso, “Mi boca florece como un corte”, genial, al igual que los siguientes.

Hay que leer despacio, volver a ellos, pensar, seguir y volver, a veces duelen también, pero siempre se disfrutan.

Se ha dicho que convirtió su vida en materia poética y esto es lo que encontramos en esta selección que aborda, sobre todo, lo relacionado con la sexualidad femenina, pero desde el punto de vista de la violencia ejercida hacia el cuerpo de la mujer.

Se abre en canal y se nos muestra como es, sin adornos. Hay realidad, hay crudeza, hay verdad en sus sentimientos más profundos.

El tema central es la experiencia de ser mujer y por ello trata los temas considerados tabú y por los que tuvo que soportar las críticas, aparece la menstruación, el aborto, las drogas… sangre, carne, y todo ello vivido como propio.

No es un libro fácil, es una poesía muy intensa, fuerte y cruda sobre una visión íntima y de angustia emocional que fue la característica de su vida. Y todo ello no nos dejará indiferentes, además de tener absoluta vigencia en la actualidad.

Estamos ante una selección de sus poemas llevada a cabo por Luna Miguel, que ha conseguido trasladarnos a la angustia emocional que también y en todo momento, caracterizó su vida.

He disfrutado y he vivido con desasosiego todos los poemas, pero tengo que decir que hay un gran poema, inolvidable para mí , ya que está dedicado a la muerte de su compañera y amiga Sylvia Plath “La muerte de Sylvia”, escrito poco después de que ocurriera su suicidio.

Un poema donde le reprocha que nos dejara así, un poema lleno de sentimientos, un poema intenso, en el que refleja de forma detallada y realista como fue el suicidio y como lo vivió.

Un poema reflejado con su característico estilo, que siempre nos desborda, y en el que nos recuerda, que las dos ya tuvieron sus intentos de suicidio, así como las conversaciones entre ellas sobre el tema de la muerte.

Sylvia lo hizo antes, pero Anne Sexton parece demostrar en esta selección de sus poemas, su deriva ascendente hasta su propio suicidio, que finalmente llevó a cabo suicidándose por intoxicación de monóxido de carbono en su garaje.

Y en este sentido, recuerdo la frase que escribió una gran poeta rusa, Marina Tsviétaieva, también se suicidó, : “Hay algo que no supe hacer: vivir”. Me deja sin palabras.

Lo siento, hoy me ha tocado perderme entre el dolor, la tristeza, las miserias y el desasosiego porque nadie sale indemne de esta lectura.

Lírica confesional y sincera intensidad. También genialidad. Volveré a ella.

Cuando necesito expandirme o recogerme leo poesía, poesía libre que se expresa sin ataduras de órdenes poéticos o pesía ordemada, aquella que atiende a la medida y cadencia del verso.

Cuando el alma me pide que la atienda, el libro que sujeto etre las manos lleva poesía escrita, lleva poesía dentro.
Observo como la poesía se exige desnuda para alcanzar el pico más alto de la excelencia. La buena poesía es un elixir que alimenta al ser que siente.

La buena poesía es el pico más alto de la excelencia, la poesía es una amplia reunión de adjetivos, atractiva, hermosa, sugerente, especial, íntima, triste, alegre, apesadumbrada, caótica, fácil y difícil.

La música que sigue a la poesía, que orquesta sus pasos, no nos deja nunca indiferentes. Es la flauta de Hamelin llamándonos a sentir, hasta conseguirnos un climax que pueda poner en nuestra boca la palabra gracias.

Gracias a cuantos poetas, hombres y mujeres, extraordinarios recolectores de almas sensibles, se empeñan en mostrarnos un camino que sin pedirnos nada a cambio, nos van desbrozando.

El territorio de la poesía donde mejor se expresa es rodeando el alma. El alma, esa parte inmaterial que sentimos que tenemos aunque no consigamos verla nunca.
Función de la poesía, de la buena poesía, será hacernos sentir el alma como entidad no tan abstracta, no tan inmaterial, haciéndola más cercana y comprensible.

La poesía queda sujeta por unos nudos fuertemente emocionales que consiguen elevarnos.

Hoy he acudido a la poesía de Anne Sexton, con la misma intención de siempre, de las otras veces que la he leído, desentrañar su vida, ver y sentir sus motivos, entrar y salir de su sentimentalidad, aprender en sus escritos a revelar mi esencia de mujer.

Los poemas de Anne Sexton son intemporales, podemos leer con ella el mundo y el sentir del ayer y ver, no sin estupor, el mundo sentimental de hoy, perfectamente reflejado en su poesía, en la poesía de ayer.

Y para acabar voy a hacerlo con los últimos versos del último poema de esta antología, que se titula Vive:

“Digo Vive, Vive por el sol, el sueño, el regalo excitante”

Seguimos viviendo y seguimos leyendo.
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