Love Levi

Me muero por besarlo, por morder esos labios perfectos, por averiguar a qué sabe su boca. Pero no. Contengo todas mis ganas. Me conformo con oler su piel, sentir su calor, rozar su pecho desnudo con mis labios y dormir un ratito más entre sus brazos.

“Ahora daría lo que fuera por volver a aquellos momentos, por hacer que no se fuera nunca”.

Huele dulce. A especias. Al maldito otoño. Es como si su piel y su pelo concentraran todos los olores del octubre en que nos encontramos. Y por si fuera poco, también sus colores. Me doy cuenta de que hasta ahora nunca he tenido pensamientos tan estúpidos como para asignarle una estación a una persona.