El principio que nos debíamos: Continuación de 'El final que nos merecemos'

Todos podemos llevarnos una hostia inesperada. Nadie está a salvo de eso.

Si hay que trabajar tanto es que algo no va bien. No debería ser tan complicado.

Las ganas que tenía de contarlo todo superaban con creces cualquier miedo.

Oler su piel de nuevo era como volver a casa después de años de exilio.

-Son estrías de embarazo.
-Me gustan. Es un tatuaje natural, la vida te ha tatuado un zarpazo de león.

Decir "sofocada" es un signo de madurez, aunque el concepto siga siendo el de "llevo un calentón" que no me aguanto.

Siempre me ha impresionado lo eficaz que es el olfato para traer recuerdos de vuelta, infinitamente más potente que las imágenes.

-No hago nada que no quiera hacer.
-Pero seguro que tampoco haces nada que sí quieres hacer.

-¿Qué opinas del matrimonio?
-Me parece un error. Porque no quiero estar con alguien porque una vez hace años lo prometí. Creo que lo bonito de una relación es elegir estar con esa persona cada día. De esa manera, hay que currárselo cada día, hay que ganárselo cada día.

-Tengo 23 años, no estoy para perder el tiempo.
-Pues si no pierdes el tiempo a esa edad, ya me contarás...