La isla de las mujeres del mar

En la isla de Jeju existe una gran tradición desde hace siglos, a través de lo que el mar le ofrece es la mujer la que con su trabajo de buceadora mantiene a la familia, y sus enseñanzas pasan de madres a hijas en un ciclo que no termina. Estas mujeres del mar o haenyeo son el sustento clave de las familias, ya que no solo consiguen los recursos para alimentarla, si no que también proveen de estudios a los hombres de esta. Young-sook fue en su día la mejor haenyeo del lugar, pero de eso hace ya mucho tiempo, ahora es una anciena de más de ochenta años, pero no por ello ha abandonado el mar. Un día, mientras recoge algas en la orilla aparecerá una familia extranjera que le hará revivir su pasado. Y este pasado está principalmente marcado por una gran amistad, la que compartió con Mi-ja.

Después de todo lo que me hizo sentir Lisa See con "El abanico de seda" pensaba que iba a ser imposible que un libro de ella me gustara al mismo nivel, pero estaba muy equivocado. "La isla de las mujeres del mar" es tan bueno como lo fue "El abanico de seda", con el que comparte una fórmula muy marcada, quizás seña de la autora. Y esa marca distintiva no es otra que la historia de una amistad entre mujeres situadas en contextos históricos complejos y duros especialmente para ellas. La historia de Mi-ja y Young-sook son de las que marcan y no se olvidan, que te dan ese pellizco en el corazón que te emociona. Tiene tantas cosas buenas este libro que no sé ni por donde empezar, y diga lo que diga no le haré justicia.

Lo primero sin lugar a dudas que destaca son las mismas haenyeo, esas mujeres fuertes que gozan, hasta cierto punto, de una libertad mayor al resto de mujeres de Corea, y pese a que no escapan de esa crianza y educación machista, si que disponen de una mayor capacidad de decisión con respecto a sus vidas, tradiciones y creencias. Quizás hay cosas que nos chocará desde la visión actual occidental, pero en su contexto la diferencia es brutal. Todas las tradiciones de estas mujeres que sienten el mar como su auténtico hogar, un sitio donde se sienten libres y poderosas, me han cautivado completamente. Me flipaba ver como se enseñaban unas a otras y como formaban una especie de sociedad entre ellas con sus leyes y normas, pero siempre con sororidad entre ellas.

El contexto histórico que acompaña la historia de nuestras protagonistas es uno de sus muchos puntos fuertes. Las protagonistas vivirán durante los duros años de la invasión japonesa de Corea, del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la posterior guerra civil coreana (con Estados Unidos y Rusia tratando de sacar tajada de por medio). Me ha gustado mucho ver explicado de manera sencilla y a través de los personajes, el inicio de la ruptura de las dos coreas con ese paralelo 38, y todo lo que tuvo que ver Occidente (para no variar) en todo esto. Es increíble ver como las normas cambiaban constantemente la vida de estas personas y la gran cantidad de barbaridades que se hicieron. En especial el episodio de Bukchon me ha impactado mucho. Es increíble pensar como hasta hace relativamente poco estaba prohibido hablar de las cosas que se hicieron en Jeju. La censura lo tapa todo, hasta el derecho a vivir el duelo.

También se muestra de una manera muy interesante todo el tema de las tradiciones y las creencias y supersticiones que conllevan estas. En especial me ha gustado mucho ese choque entre el chamanismo y confucianismo. Mientras que el primero estaba muy centrado en las mujeres y en los ritos y festejos de estas, pero sin desfavorecer al hombre, el confucianismo denigraba a la mujer, y esperaba de ella un ser sin voz ni opinión propia, solo una posesión más del hombre. Muy interesante también cuando irrumpe el cristianismo.

Y pese a todo lo mejor son los personajes, la emoción que despiertan sus relaciones y sus vivencias. Young-sook y Mi-ja son personajes imperfectos, que se sienten reales y que te llenan. A veces puedes no entenderlas, o empatizar más con una y luego con la otra, pero es imposible no cogerles cariño. Pero también me han gustado mucho el resto de personajes que completan la historia. Especialmente me ha gustado Jun-bu, uno de los personajes más interesantes de la novela, a través del cual vemos como la cultura es la gran herramienta para una mente más abierta. No suele pasarme que empatice con personajes masculinos en la literatura asiática (o en general), y suelo hacerlo casi siempre solo con los femeninos, pero en este caso Jun-bu me cautivó con algunas de sus opiniones.

Y voy a parar ya, porque podría estar escribiendo sobre esta novela horas y horas, porque realmente es una maravilla. Una de las grandes lecturas que he hecho este año sin dudas. Lisa See se está convirtiendo en una de mis autoras imprescindibles y quiero leerlo todo de ella. No solo se nota que sus historias están perfectamente documentadas, si no que con ellas consigue mantenerme emocionado todo el tiempo, y sabe mezclar perfectamente esa parte triste con esa bonita, que siempre me lleva a las lágrimas con una mezcla de sentimientos. Es una autora espectacular. Haceros un favor y leer a Lisa See.