Distancia de rescate

No voy a andarme por las ramas con esta reseña entrando en lecturas filosóficas de la misma, más que nada, porque es uno de los libros más raros que he leído en este último año.

La historia está narrada de una manera extrañísima, a dos voces, la de la protagonista y la de un niño. Este niño es David, que desde que se intoxicó bebiendo de un arroyo, no ha vuelto a ser el mismo.
David y su madre Carla, viven en un pequeño pueblo al que llegan Amanda y su hija Nina de vacaciones.
El pueblo está rodeado de un halo de misterio palpable todo el rato, ya que la autora juega con este elemento durante todo el relato. Sabes que pasa algo, pero no sabes el qué.

Carla cuenta que desde la intoxicación, David no ha vuelto a ser el mismo. En su afán por salvarlo lo lleva a "La casa verde" donde traspasan su alma para poder salvarle la vida. Otra cosa super rara, es que la mayoría de niños del pueblo, han sufrido deformaciones visibles debido a la toxicidad que corroe el ambiente. Pero David no, él solo está "incompleto".

He sentido el peso de la claustrofobia todo el tiempo y esa angustia palpable de querer saber que pasaba, aunque siendo sincera, también me he sentido algo tonta por no llegar a entender del todo que es lo que ocurre y porqué David es como un ser omnipresente en el relato.
Si hay algo que destaco es la explicación que dan para el título, me ha encantado saber que la distancia de rescate, es esa "protección" que tenemos las madres activada sobre nuestros hijos siempre. Lo que nos hace calcular constantemente que haríamos o que pasaría mediante cualquier peligro que estuviera por venir.

Quizás después de esto me decida a ver la adaptación que está disponible en Netflix y que protagoniza María Valverde, porque siento que no me han quedado claras bastantes cosas.