Alena

En este día de lluvia, donde me dispongo a reseñar este libro, un libro que leí gracias a Babelio y Masa crítica, acabo meditando sobre todas las cosas que, más malas que buenas, inclinan la balanza de un lado más que de otro.

¿Por qué? Simple, no es una novela dirigida para mí, público adulto acostumbrada a leer novelas policiacas, de misterio, incluso de novela negra con un poco más de desarrollo y, también, con mucho más chispa que esta.
La ventaja que cuenta Alena es que goza de estos tres elementos antes señalados, al menos un poco de cada una y eso la hace una novela atractiva para el lector más joven. Por joven lector me refiero a aquellos jóvenes que, si han leído a Karen M. McManus podrían acercarse a los libros de Giselle, porque, en apariencia, es lo que tienen ambas autoras, un estilo de escritura sin muchas complicaciones ni vueltas de tuerca.

Entonces ¿Qué es eso de la novela que no logró atraparte?

Uff… muchas cosas.

Empezando por el tono y/o la falta de estilo narrativo.

Una de las cosas que menos me gusta cuando me enfrento a una nueva lectura es que me traten de infantil o tontorrona. Mientras más leía en la novela más me sentía como aquella niña cuya maestra se arrodilla frente a ella y empieza a sermonearla con explicaciones que “debería entender” pero que en realidad hace que el niño (en este caso yo) me quede con cara de “¿qué me está contando?” Este discurso está muy presente en toda la novela. Y ahora que lo pienso, puede ser un recurso que la autora haya usado adrede porque como escribí antes, el enfoque de esta novela es un público más juvenil, incluso, un público que quiera empezar a leer novelas de misterio, algo de policiaca e incluso novela negra, donde cada personaje tenga su espacio para desarrollarse.

Y hablando de personajes:
Plano, demasiados.

Está bien que cada uno mantenga cierto misterio, pero el misterio tiene que irse alimentando poco a poco en forma de actitudes, comportamientos y actos sospechosos que no vi en ninguna parte de la novela. Cada personaje se ha dedicado a hablar y (re)hablar desde un punto y no se han movido de su sitio.

Y eso se debe a que, lamentablemente, la novela te informa de lo que hacen o dicen los personajes, no te los muestra. Ni sus emociones, ni sus acciones, ni sus consecuencias. Se dedica solamente a decirte que un personaje se siente mal, otro personaje dijo tal cosa y ya, sin más.

Los saltos temporales: Se narran varios tiempos entre acontecimientos que, sin embargo, lo sentí planos y ambiguos porque mientras leía no me metía en el contexto del año en que los personajes interactuaban, a no ser por palabras en concreto que lograron situarme en el año en el correspondía.

El tema que trata la novela:
Una cosa que no quiero dejar atrás es que ALENA es la tercera parte de una trilogía. Sí. Y no me he leído las dos primeras partes. Y que es posible que me haya tragado un par de spoiler de las anteriores novelas, a pesar de que se pueda leer de forma independiente. Creo que esto es porque en la parte de la sinopsis ni en ningún otro lugar del libro pone que sea una trilogía o la continuación de una serie. Sí, en la solapa vienen dos libros de la autora pero nada más, no dice si es libro autococlusivo o continuación, o peor aún, la conclusión de una saga.
Ya para terminar esta reseña que si no se hace extensa, los temas que trata la novela.

En realidad, la novela toca temas peliagudo como es el tema del secuestro de niños y las relaciones ilícitas que adultos hacen con ellos, por eso la oración debajo del título: ALENA: enfermiza Obsesión. La autora toca el tema de forma delicada, apenas con pinzas, y eso está muy bien, porque no muestra lo crudo y asqueroso que implican esos tema, además que el lector puede intuir qué cosas pasan y qué no. Lo que no quita que hubiesen momentos en lo que sí, el tema pederat*a se llega a romantizar en algunos capítulos. Creo que esto me dejó más traumatizada que la novela en sí misma.

En conclusión, Alena: Enfermiza Obsesión es una novela con mucho potencial que, si bien no fue para mí tanto por su forma como por su contenido, pueden leerla aquellos que aún no se atreven a adentrarse en la fascinante aventura del thriller suave, el misterio, los conflictos y desarrollo entre los personajes, teniendo en cuenta que no hay mucho trasfondo de personaje y que cuenta con una historia de por si floja y repetitiva en más capítulos de los que me gustaría reconocer.

Alena tiene 9 años y es feliz, sus padres la adoran y ella piensa en muñecas y en juegos de té. Toda su habitación está llena de flores y dulces porque los adora. Octavio Morales lo sabe todo de ella porque la observa. Él es un monstruo y ella está en peligro.

Un libro a dos tiempos muy adictivo y que te tiene en tensión todo el tiempo. Tenemos un secuestro y un padre desesperado por encontrar a su hija. La autora me ha encantado como escribe en presente y pasado y te mete en la trama haciendo que sufras por la niña y el padre, te atrapa sin remedio y ves como este monstruo la observa y sufres.

Tras leer este libro necesito leer los otros dos que ha escrito la autora que forma parte de esta trilogía llamada Enfermiza obsesión.

Sientes pena por esa niña y rabia que cree que es feliz en esa habitación porque solo conoce eso, no sabe lo que está ocurriendo y es tan injusto y frustrante y realmente es una trama que te engancha y quieres destruir a Octavio. Empatizas con el padre desesperado por encontrarla. Realmente adictivo y recomendado.

Empiezo diciendo que este libro no ha sido para nada lo que me esperaba. Una historia adictiva, de esas que cuesta dejar de leer. Nos encontramos con un escenario idílico: una familia y su adorada hija, Alena. Un vecino, Octavio, se muda a una de las casas colindantes y es cuando comienza el infierno para esta familia.

Una historia contada a dos tiempos: pasado y presente, algo que agradezco, ya que es mucho más fácil poder empatizar y ponerse en el lugar de los protagonistas teniendo varios puntos de vista.

Llegará un momento donde detestemos (incluso llegaremos a odiar) a Octavio. Sufriremos por la pequeña Alena, la cual sigue viviendo su fantasía de muñecas, dulces y horas del té. Una niña con una infancia hermosa, querida y amada por los suyos, protegida y arropada. La infancia de los niños es algo sagrado, algo que debe ser protegido a toda costa, algo que ningún otro ser humano tendría que arruinar.

Un secuestro tendrá lugar y una familia sufrirá, os aseguro que no vais a poder dejar de leer hasta conocer el desenlace.

Esta obra es el final de una trilogía de la autora llamada “Enfermiza Obsesión”, tengo mucha curiosidad por leer los otros dos.

Como parte negativa, puedo decir que la autora al ser latina, tiene ciertas expresiones que pueden sacarte la lectura, pero nada demasiado exagerado.

Os lo recomiendo si queréis leer un thriller adictivo que se devora en pocas horas.