Segundo libro de Geralt de Rivia. Sigue sin llegarme a emocionar más allá de leves enfados por el tono sexista que impera por todas las historias. Cada mujer es despampanante, hermosa y dañina. O muy pero que muy buena al grado que nadie la merece. La forma en que escribe, desde el personaje y ocultando las acciones, actitudes, sentimientos del que es el protagonista, me enferma un poco. Es como si lo deseara mostrar como un hombre reservado y misterioso pero falla y lo pone en el papel de un absurdo que no habla ni para defenderse. |