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No puede decirse que Mikel Santiago sea uno de esos autores que encuentra una fórmula de éxito para “vender” un libro y la repita novela tras novela, pues las tres que he tenido el placer de leer de él, son completamente diferentes. Así de una novela negra con mucho sentido del humor como era El mal camino, pasamos a El extraño verano de Tom Harvey, un thriller que era una novela de misterio en la que el autor jugaba con el lector para que este adivinase quién era el asesino. Ahora en La isla de las últimas voces nos encontramos con un thriller puro y duro. No soy nada aficionado a esas fajas promocionales que aparecen en los libros, en muchos casos estropeando la portada del mismo y con un texto, normalmente escrito por algún autor conocido que en una frase intenta ensalzar el libro. La de la isla de las últimas voces es una excepción, porque la faja no estropea la imagen de la portada (se integra con la misma, y porque utiliza dos palabras que resumen muy bien cuál ha sido mi estado durante la lectura del libro: Adicción garantizada. No hay que esperar ni siquiera un capítulo para estar enganchado al libro, desde el mismo momento en que arrancamos en la primera página con el título de Una hora más tarde… en la que ya sabemos que algo va mal, muy mal para el protagonista. La isla de las últimas voces es una de esas novelas que voy a recomendar mucho. Con una advertencia, eso sí: No esperéis en ella un novelón, porque no lo es, por más que muchos de sus personajes estén muy bien dibujados (lástima de ese soldado protagonista que, aunque con mucho sentido del humor, no deje de parecerme un poco de cartón piedra). Pero en cambio tiene la gran virtud de atraparme como lector, de ser adictiva como dice en la faja del libro. Encontrarás en ella diversión asegurada, una evasión segura de tu realidad, una novela de la que no podrás olvidar cómo te dejó enganchado. Y eso, creo que es mucho. Para aquellos que entienden la lectura como un proceso evasivo y de diversión, está claro que La isla de las últimas voces es una novela a tener muy presente para sus próximas lecturas. |
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