No eres mi tipo

Cuando el primer contacto con un libro te transmite tantas buenas vibraciones, imaginas que su lectura no te resultará indiferente. Sólo en las primeras páginas, No eres mi tipo te inyecta una dosis de alegría, desparpajo y descaro con su estilo narrativo, ya que nuestra protagonista nos cuenta su particular historia a través de su diario Pepe. Narrado de forma epistolar, Ana se dirige a su diario Pepe como si fuera un camarada, con muchísima complicidad y un tono de comicidad muy arraigado. Desde el principio, dicha premisa me pareció muy original y divertida, ya que la forma de dirigirse a Pepe me resultaba muy graciosa y me arrancó más de una carcajada. Además, no se trata del típico libro epistolar donde predominan las descripciones, sino que la autora también nos va revelando los pensamientos ocurrentes de Ana y los diálogos tan chispeantes que mantiene con su coprotagonista.

En referencia a la historia, No eres mi tipo es una comedia romántica con muchos tópicos donde una joven secretaria acaba enamorándose del jefe prepotente y altivo que está como un tren. Es cierto que tanto los perfiles de los personajes como el desarrollo de la historia encajan a la perfección con el género pero, en ese sentido, no brilla por su originalidad. El objetivo de No eres mi tipo no es destacar por ese aspecto, sino simplemente hacernos disfrutar, divertirnos y sentirnos identificadas con su protagonista en sus relaciones familiares, laborales y amorosas. Por ello, considero que efectivamente es un libro que cumple a la perfección su cometido, ya que Ana es una chica real a quien le ocurren las mismas peripecias que a cualquiera de nosotras, con el añadido de transmitirnos frescura y hacernos reír.

Una de las grandes bazas de este libro es la relación amor/odio de Ana y Ángel. Tanto sus accidentados inicios como la evolución de su historia me atraparon por completo, gracias a la espontaneidad de Ana y las batallas dialécticas que mantiene con Ángel. Siempre me han gustado este tipo de romances donde los protagonistas se odian pero, a su vez, sienten una tensión sexual difícil de refrenar. A grandes rasgos, me lo he pasado genial con sus discusiones, atracción física y desencuentros amorosos; de hecho, estaba deseando que se liaran de una vez y pienso que lo hicieron en el momento adecuado, ya que si la autora se hubiera precipitado, la historia no me habría mantenido tan expectante.

Aunque ambos protagonistas me han convencido, con Ana he tenido mucha más complicidad que con Ángel. Lógicamente, Ana es un personaje mucho más cercano y con quien te puedes sentir identificada en muchos aspectos por ser una chica real, con problemas cotidianos, inseguridades y aspiraciones difíciles de alcanzar. Sin embargo, Ángel se ciñe más a un prototipo inalcanzable, perfecto y serio, cuyos comportamientos me sacaban de quicio en algunas ocasiones. Efectivamente, disfruto muchísimo cuando en un libro, por cabezonería de los protagonistas, la relación se queda estancada o se rompe, pero también me enfado muchísimo con los personajes y, aunque suene paradójico, me encanta que en los libros aparezcan este tipo de complicaciones.

Dentro del chick-lit, aparte de los romances, las relaciones de amistad y familiares también son otro punto clave. En No eres mi tipo, Ana comparte piso con Maca, una compañera un poco caradura pero de buen corazón de quien me apetece saber más. Por un lado, debo admitir que no me gustaba el comportamiento de Maca con su hermana pequeña y que se la endosara a Ana cuando le daba la gana pero, por otro lado, esa actitud ayudó a que se generaran algunas escenas desternillantes en la historia. En cuanto a la madre de Ana, es otro personaje que se aprovecha de su hija y con quien mantiene algunas desavenencias; no obstante, me pareció tan realista que, aunque me molestaran algunos detalles de la madre, sí que comprendo ese tipo de relación maternofilial tan imperfecta, a la par que cercana y emotiva.

No eres mi tipo es el primer libro que leo de Chloe Santana y os puedo asegurar que no será el último. Su estilo fresco, cercano y realista me ha convencido, gracias a su historia tan divertida y personajes carismáticos. Realmente, ha sido un libro que me atrapó desde el principio por la agilidad de su pluma y la soltura con la que combina narrativa descriptiva y diálogos elocuentes, resultando una escritura muy fluida, natural y picaresca.
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