Estelar

Seguimos como compañeros de ala de Spensa y su nave M-Bot en sus aventuras espaciales y sus luchas que ahora no solo se limitan a la atmosfera de Detritus y a repeler los ataques de los Krells que han dejado de ser esporádicos y calculados para convertirse en verdaderos intentos por contener o destruir a este enclave de la humanidad.
El crecimiento de nuestra querida piloto no se detiene, ahora que esta segura de poseer poderes citónicos y de que puede tener contacto con esos ojos blancos que la vigilan desde el espacio, sabe que tiene grandes ventajas para luchar, pero también aquello que la hace sobresalir, es lo mismo que la pone en un mayor peligro de poder cometer el error que condeno a su padre.
En esta nueva entrega las virtudes al mando de una nave no son suficientes para enfrentar el siguiente reto, la llegada de un alienígena a Detritus termina dictaminado la llegada de Spensa a la sede de la supremacía espacial, en la que tendrá que asumir el papel de espía para el que no tiene ninguna preparación y en el que conocerá muchas especies de seres a los que intentara ocultar su identidad mientras busca entender sus intenciones e intereses, entre ellos uno que pretende alcanzar una mejor relación con los humanos y a su contrario, un general belicoso acompañado siempre de una humana que no le importan los de su especie.
Las aventuras en este segundo libro siguen cargadas de acción, pero se acompañan de nuevos descubrimientos que generan muchas más preguntas de las que resuelven, una historia apasionante en la que veremos como Spensa se debe jugar la vida para proteger a los suyos mientras empieza a entender el actuar de sus enemigos.
Aunque es un libro juvenil, el uso de la, e, para generar el para mí, mal llamado lenguaje inclusivo logro descolocarme de la lectura, lo que rompía constantemente el ritmo, mientras intentaban sobre explicar algo que ya en si era diferente y un reto para entender, como la creación de un ser dual. Una muy buena continuación para esta muy entretenida saga.