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“Elantris” narra la historia de la ciudad que da nombre al libro: una proeza arquitectónica en la cual sus resplandecientes habitantes se caracterizan por poseer unos extraños poderes y controlar una magia ancestral a través de aones. Pero un buen día los elantrinos pierden todos sus dones y empiezan a convertirse en una especie de muertos vivientes, condenados a pasar hambre eternamente y sufrir por las heridas o golpes que nunca se curan. Los habitantes de las ciudades colindantes a veces son atacados repentinamente por esta rara enfermedad elantrina y se ven repudiados inmediatamente tras las murallas de la antaño bella Elantris, una ciudad ahora llena de suciedad y miseria en la que sus habitantes se consumen y enloquecen. Cuando esta maldición alcanza a Raoden, el heredero del trono de Arelon, la ciudad fronteriza, las cosas empiezan a cambiar: el príncipe es encerrado en la ciudad decrépita, pero se niega a aceptar la debilidad y la muerte en vida y no tarda en esforzarse por aprender la naturaleza de su nueva condición, además de trabajar para devolverle a los elantrinos una dignidad hace tiempo olvidada, construyendo una sociedad útil y autosuficiente. Sarene, la princesa del reino de Teod, es la “viuda” de Raoden, con el cual estaba prometida en la distancia pero cuyo compromiso se convirtió en matrimonio nada más darse por muerto al joven heredero de Arelon. Curiosa y luchadora, Sarene no tarda en querer conocer más sobre los misterios de Elantris y ayudar a sus confinados habitantes, además de meterse de lleno en las tramas e intrigas políticas que giran en torno al gobierno de Arelon, una ciudad en el punto de mira de Hrathen, un fanático sacerdote que pretende convertir el reino a su religión antes de que sea masacrado por su alto mando. Con todos estos ingredientes, “Elantris” no tenía más remedio que ser una maravillosa novela de fantasía que he disfrutado muchísimo, a pesar de que su ritmo se ve a ratos frenado por la carga política y sobre todo religiosa de la trama. El lector pronto se siente tentado a conocer más sobre la enigmática ciudad de Elantris y la emoción va en aumento conforme avanza la historia, cuyo final está muy bien construido y lleno de giros inesperados. Brandon Sanderson ha logrado que vea con mis propios ojos el esplendor elantrino, para sentir luego la decadencia de la ciudad y que haya simpatizado con sus protagonistas, sobre todo con Raoden en su búsqueda por comprender la maldición y devolver a Elantris su antigua gloria. Enlace: https://viviendomilvidas.wor.. |
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