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Aviso: esta reseña contiene spoilers del primer libro de Nacidos de la bruma, El imperio final, que ya hemos reseñado. Lo imposible ha sucedido. El Lord Legislador ha muerto. Sin embargo, vencer y matarlo fue la parte sencilla. El verdadero desafío será sobrevivir a las consecuencias de su caída. Tomar el poder tal vez resultó fácil, pero ¿qué ocurre después?, ¿cómo se utiliza? La tarea de reconstruir el mundo ha quedado en manos de Vin. Y las brumas se han vuelto cada vez más impredecibles... Este libro ha sido trepidante, la narrativa de Sanderson hace que la historia discurra a un ritmo imparable, se vuelve hasta adictivo. Cada vez que acababa un capítulo sólo tenía ganas de empezar el siguiente, la tension se palpa desde las primeras páginas y es increíble como se mantiene durante todo el libro. Además, los personajes evolucionan mucho durante este libro, destacando a Vin, nuestra protagonista. Después de todo lo que ha conseguido, se siente confusa y perdida, sin sen capaz de ubicarse en este nuevo mundo. Elend se muestra como un apoyo confiable, alguien que la ama a pesar de todo, y juntos pasarán por dificultades y quebraderos de cabeza mientras su relación evoluciona. Los nuevos puntos de vista son muy interesantes, me ha gustado mucho ver la perspectiva de Elend y Sazed. Pero quien más destaca es Brisa, al que conocemos más en profundidad en este libro y se le coge mucho cariño. También los nuevos personajes son interesantes, aunque Zane, uno de los antagonistas principales, me ha dejado con más incógnitas que otra cosa. El final es increíble y te deja con muchas ganas de continuar, de descubrir los misterios de este mundo. Estoy deseando continuar con el siguiente libro y acompañar a Vin en su nueva aventura. Irbis. |
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