El verano que aprendimos a volar

El primer libro que leí de esta autora fue: La aventura de soñar despiertos, y una vez terminado, sentí la necesidad de volver a leer algo de ella. Eso hice.
Devoré este libro en menos de dos días. Volví a reír, a emocionarme, a enamorarme, y por supuesto, a estallar en llamas con esas escenas sexuales tan bien narradas. Los personajes son una maravilla. Dos protagonistas fuertes y luchadores. Aunque reconozco que Asier me ha parecido un poco más valiente que Lara. Las escenas entre ellos son de lo más intensas. Esa tensión que los envuelve traspasa las palabras de una manera tan real, que te llega, te arrasa por dentro como un tsunami. Terminas viviendo esa historia como si fueras una más del libro, y no todos los escritores tienen esa habilidad.
La autora volvió a cautivarme. A dejarme con las ganas de seguir leyendo a la hora de dormir, y a retomar la lectura al día siguiente con las ansias de terminarla, pero a la vez, no querer despedirme de esa historia.
En definitiva, un libro genial. Con diálogos ingeniosos, directos, y sin tapujos; una trama bien hilada, que se disfruta, que la sientes, y te enamora, y unos personajes tanto principales como secundarios que te provocan un sinfín de emociones.