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Archiconocido clásico de Salinger al que me acerqué por primera vez en el instituto, como lectura obligada, con 15 años, sorprendente si se piensa que estudié en un colegio religioso y que el libro trata del periplo de Holden, un adolescente que se fuga del colegio, abrumado por el fracaso escolar, y recorre durante varios días la ciudad de Nueva York coqueteando con el alcohol y el sexo. Fuera de eso, el libro no me dijo mucho más. Es corto, fluido, muy fácil de leer, una serie de anecdotario que nos hace entrever por un instante la vida del protagonista, antes de entrar en la pura y dura edad adulta. Y ahí se queda. Como encontrarnos a un amigo por la calle, al que hace tiempo que no vemos, que nos cuente sus últimas aventuras, y luego proseguir nuestro camino alegremente olvidándole al rato. Siento ser tan fría, sé que es un clásico, pero aunque adoro los clásicos, este es uno de esos que no me termina de cuajar...
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