Un descubrimiento maravilloso. Aunque conocía el título, no me decidí a leerlo hasta la adultez, no como les ocurre a muchos. Es algo que lamento. Desde entonces, he perdido la cuenta el número de veces que he leído la historia. Solo puedo decir que, dependiendo del momento, la interpretación que doy a algunas de las partes, va cambiando. Nuestro estado psicológico y emocional cambia la explicación que buscamos sin que lo haga el argumento. |