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Cuando noté que el género o subgénero de la mitología griega, pero visto desde la perspectiva de la mujer, comenzaba a ganar popularidad, debo admitir que experimenté cierta aprensión. Más que odio, la palabra que mejor describe mi reacción sería "reticencia ante la idea de leerlos". Tenía temores de que, con la proliferación de estas novelas que "otorgan voz a las mujeres en la historia", los autores pudieran empezar a distorsionar y modificar los mitos e historias clásicas tradicionales y ya conocidas desde hace siglos. Me preocupaba que se pudiera caer en lo mismo que está ocurriendo con las reinterpretaciones de Disney, entre otros ejemplos. Soy una apasionada de la historia, los mitos y las leyendas, en especial de la mitología en general y la griega en particular. Por ende, lo último que deseaba era sumergirme en una versión de algún mito que conociera desde hace años, pero desde una perspectiva que alterara todo el significado, una perspectiva de "feminismo forzado". Cabe aclarar que soy mujer y feminista, pero siento aversión hacia el feminismo extremadamente forzado. Sin embargo, para mi sorpresa y deleite, las historias que he leído dentro de este género hasta el momento han logrado conquistarme. Pareciera que mi miedo carece de fundamento por ahora (aunque debo admitir que solo he leído tres, y en este momento están proliferando obras de este tipo a un ritmo demasiado grande). Un ejemplo destacado de esto es el libro "Electra". A través de "Electra", tuve la oportunidad de sumergirme en una historia que ya conocía a la perfección, la guerra de Troya, al igual que muchos otros, pero desde un enfoque completamente novedoso, sin alterar lo ya conocido. Aunque diría que no es una historia sobre la guerra de Troya en si, si es el contexto histórico de ella y lo que sucede antes-durante-después de ella. En realidad, es una perspectiva tridimensional, ya que a pesar de llevar el nombre de Electra, el libro se desenvuelve desde las ópticas de tres mujeres: Electra, Casandra y Clitemnestra. Lo primero que cautivó mi interés en este libro fue la elección de los tres personajes, quienes, a pesar de que tenía conciencia de su existencia, no eran tan familiares para mí como otros nombres femeninos re resuenan en torno a la historia de Troya. al pensar en una mujer vinculada a la guerra de Troya, inmediatamente nos viene a la mente Helena, supuesta causante de todo el conflicto (aunque en realidad, fuera más bien una excusa para una estrategia de conquista que otra cosa; sin embargo, siempre fue más romántico atribuir esta guerra al amor y, por supuesto, a la culpar de ello a una mujer). El nombre de Penélope también ha tenido un fuerte eco, como el de la mujer inteligente que aguardó y amó a su esposo. Asimismo, el nombre de Ifigenia, la hija del gran rey Agamenón, a quien se debía sacrificar para aplacar la ira de la diosa Artemisa, también resuena. Briseida, la mujer por la cual los griegos estuvieron a punto de perder la guerra, enfrentando a Aquiles y Agamenón. Sin embargo, este libro no se centra en ellas, sino en tres mujeres que también jugaron un papel importante. Por supuesto, conocía a Casandra, la princesa dotada de visiones que nadie creía, y el nombre de Clitemnestra tampoco me era desconocido, aunque admito que nunca había profundizado demasiado en esa historia en particular y mucho menos en Electra. Precisamente por esto es que esta historia me ha atraído tanto. No solo he llegado a conocerlas, sino que mi curiosidad se ha despertado para investigar todos los mitos clásicos que las involucran, y como amante del arte, sus representaciones artísticas también. He podido leer y comprender su perspectiva, comparar y meditar sobre la elección de mitos por parte de la autora. Me refiero en casos como los de Ifigenia, de quien conocemos dos versiones de su destino, pero he logrado entender por qué la autora optó por una en particular, ya que añadía más complejidad y profundidad a Clitemnestra y a lo que estaba por venir. No estoy segura de qué motivó a la autora a titular el libro con el nombre de tan solo una de las tres protagonistas. No obstante, debo admitir que esta elección finalmente me llevó a reflexionar. Uno de los aspectos a favor de esta historia es que no es necesario sentir afecto por el personaje principal; se puede entender sin necesidad de amarlo. de las tres protagonistas, y sin revelar detalles ni spoilers (aunque no si si la mitología griega puede ser considerada spoiler al ser tan antigua), desde el principio he sentido antipatía por Electra. Pensaba que sus problemas paternos, sus daddy issues, la convertían en una persona insoportable e irracional. Sin embargo, he llegado a entender su perspectiva. Curiosamente, al investigar más sobre ella, descubrí que en la actualidad los psicólogos denominan "complejo de Electra" a la atracción de las niñas hacia sus padres, que a veces llega a generar sentimientos de desagrado o envidia hacia sus madres. Parece que acerté por completo en lo de daddy issues. Esto demuestra que, aunque a simple vista pueda parecer que la mitología y las antiguas historias carecen de relevancia en nuestra época, lo maravilloso es que seguimos utilizando expresiones y términos que provienen de estas historias: "Complejo de Electra", "Narcisismo", "Complejo de Edipo", entre otros. al leer estas obras mitológicas, puedes comprender por qué surgieron estos términos y aprender de ellos. Tal vez sea mi inclinación a analizar las cosas en profundidad, pero para mí, la lectura de un libro no se limita a absorber las palabras impresas en sus páginas. Me gusta sumergirme en la comprensión, investigar y reflexionar. En este sentido, esta obra ha sido una experiencia maravillosa para mí. |
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