La muerte sorprende a Bach escribiendo El arte de la fuga. La obra, entonces, concluye con una abrupta suavidad, como si alguien dejara de respirar en una cama.
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La muerte sorprende a Bach escribiendo El arte de la fuga. La obra, entonces, concluye con una abrupta suavidad, como si alguien dejara de respirar en una cama.
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¿Pero no deberíamos dormirnos sabiendo que es mejor no alcanzar ciertos lugares, que hay que dejarlos así, latiendo como una promesa porque solo llegan los que fracasan, los insomnes? Saber que allí sobre el final hay algo que nos estará aguardando siempre.
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Muerte estaba escogiendo la mejor arena para su reloj. —Hay un momento en la noche, un lapso muy breve —le dice sin mirarla ni saludarla— donde a nadie llevo conmigo. Es cuando salgo a recoger arena para mi reloj. Cada grano es una estrella. Cuando hayan pasado todos los granos de un lado a otro, cuando hayas visto todas las estrellas que debías mirar, pues ahí estaré contigo. |
Es un retelling de...