POR REMOTAS VEREDAS

En los latidos del corazón de la naturaleza y los susurros silenciosos de las estaciones cambiantes, la poesía haiku emerge como una expresión luminosa de los momentos fugaces de la vida. Fidel Sendagorta, con la suave precisión de un poeta experimentado y la mirada perspicaz de un diplomático, nos guía a través de un viaje de un año en su antología, capturando la esencia desde la floración de la primavera hasta el frío del invierno y los ecos atemporales que resuenan en "Siempre". Esta colección es más que un mero conjunto de palabras; es un viaje espiritual, impregnado de la tradición Zen, que nos invita a presenciar el mundo en un grano de arena, a encontrar el cielo en una flor silvestre.

El haiku, en su brevedad y sencillez, trasciende la mera poesía. Es una forma de arte que exige que el poeta sea un conducto de observación, destilando vastas experiencias en diecisiete sílabas. Nos enseña la importancia del presente, instándonos a fijarnos en las azaleas que alguna vez fueron "sombra y silencio", o la belleza transitoria de las "breves luciérnagas" que iluminan los recuerdos. Los haikus de Sendagorta sirven como puente entre lo tangible y lo inefable, y cada poema es un trampolín hacia las corrientes más profundas de la existencia.

En “ Por remotas veredas” la estructura del libro (primavera, verano, otoño, invierno y siempre) refleja la naturaleza cíclica de la vida y el perpetuo fluir del tiempo. Cada temporada trae su propia paleta de colores, emociones y sensaciones, plasmadas magistralmente en los escuetos versos de Sendagorta. Desde los cielos "teñidos de malva" de un templo cargado de hortensias hasta los "acantilados dorados" azotados por los vientos invernales, estamos invitados a hacer una pausa, contemplar y sentir profundamente.

Al leer estos haikus, recordamos que la belleza y la impermanencia están entrelazadas. El "olor a lluvia" antes de un chaparrón, la "luna de nieve" que atenúa la escarcha, cada poema es una meditación sobre la naturaleza transitoria de nuestro mundo, fomentando una apreciación más profunda de las maravillas momentáneas que nos rodean. Los "dos peregrinos" caminando por la orilla, la "puesta de sol" sobre un lago oscuro, estas imágenes hablan del viaje universal de búsqueda y encuentro, de pérdida y descubrimiento.

Lo que hace que los haikus –y particularmente la colección de Sendagorta– sean de vital importancia es su capacidad de despojarnos de lo no esencial, de ponernos cara a cara con la cruda belleza de la existencia. En un mundo repleto de ruido y distracciones, los haikus ofrecen un santuario de calma, un espacio donde la mente puede habitar en la simplicidad del ser. Nos enseñan a ver el mundo de una manera nueva, a encontrar profundidad en lo ordinario y a comprender que en el más breve de los momentos existe el potencial para la eternidad.

Esta antología no es simplemente para ser leída sino para ser experimentada, permitiendo que cada haiku resuene dentro de nosotros, agite las aguas de nuestras almas. Es un testimonio del poder de las palabras para conectarnos con el mundo en su forma más elemental, al abrazar la humilde sabiduría del haiku, aprendemos a vivir más plenamente, a observar con más atención y a amar más profundamente. El viaje poético de nuestro autor es una invitación a todos aquellos que buscan encontrar lo extraordinario dentro de lo ordinario, descubrir el universo en una gota de rocío y escuchar la música silenciosa de la tierra. Leer haiku es despertar a la vida, a la belleza que nos envuelve, siempre presente y siempre fugaz.