quiero un huevo

Sí, ya sabes cómo son los Reyes de los palacios de los cuentos. Ellos siempre mandan y mandan y todos tienen que obedecer. Y, además, el de este cuento tiene muuucha hambre.

Queso parmesano, tarta de limón, verduras al vapor... de todo.

Patatas fritas y un huevo, fue ese día su elección. El problema es que al cocinero no le quedaba ni un solo huevo.

Fue al gallinero y allí encontró 8, pero un casual accidente provocó que solo quedara entero uno.

Ya de vuelta en el palacio los problemas continuaron porque cuando el cocinero intentó abrir el huevo, no hubo manera.

Ni contra la sartén, ni aplastándolo con la tostadora, ni cortándolo con una sierra.

El huevo no cascaba y nadie sabía qué pasaba.

🤔¿Conseguirá el cocinero abrir aquel huevo? ¿Es que acaso las cosas se pueden forzar?

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Estamos ante un #albumilustrado original (y eso es difícil) al que, como su autora nos tiene acostumbrados, un juego de palabras da título y se muestra igualmente en el interior.

Del "quiero un huevo" al "te quiero, huevo", de la prisa a la paciencia, de romper a cuidar, la historia nos va llevando, a través de situaciones divertidas y alocadas, a un final sorprendente y amoroso con un bonito mensaje: el cariño es más fuerte que cualquier cascarón.

Un texto de rima y métrica irregular, escrito en mayúsculas y lleno de dulzura 😍 acompañado por las siempre MARAVILLOSAS ilustraciones de Sara (me tienen enamorada).

Edad: +3

¡El rey está hambriento! Y cuando manda al cocinero que le prepare un huevo frito... ¡La tarea más sencilla se convierte en una auténtica hazaña!
Nunca el cocinero ha tenido que enfrentarse a una receta tan básica con tantos obstáculos y resultados tan sorprendentes. Y es que el "plato" más suculento es aquel que combina amor y tiempo.

¡(Te) quiero un huevo! es un cuento rimado lleno de humor que, a través de unas ilustraciones que hablan por sí solas si les prestas atención, nos recuerda la importancia de dar tiempo al tiempo, de no forzar lo que tiene su propio ritmo, de esperar y así encontrar la magia de las cosas; esa que incluso a veces, con un poco de calor del que regala el actuar con amor, desafía los plazos naturalmente establecidos.

No te quedes donde el apremio, la tiranía e inflexibilidad, te hagan forzar dichos procesos. No te quedes donde el "quiero" nunca consulte al "puedo". Y no solo lo digo yo, también lo dice el cocinero, que tras mucho batallar encuentra la verdad.

En definitiva, mi enhorabuena a Serena por su creatividad, a Emma por su pericia para contar historias y a Sara por unas ilustraciones que no tienen desperdicio (llenas de detalles que enriquecen la lectura).