Pedro Páramo

Pedro Páramo se ha convertido en mi novela favorita en lo que llevamos de año.

Partiendo de ello, no voy a dedicarme en esta reseña a analizar una obra que está más que analizadísima y para lo cual no siento tener la información necesaria. Quiero contaros únicamente por qué me ha impactado tanto, por qué me ha parecido que es una obra maestra.

Comencemos con una certeza: que Pedro Páramo es una obra fragmentada, abstracta, onírica. Se vale de fragmentos contados aquí y allá, del presente y el pasado, que el lector debe atar y relacionar entre sí. Pero es que es ÉSTO precisamente el primer punto que me ha fascinado: a mí, que me encanta teorizar, que me dejen espacio a la imaginación. Y es que yo diría que es confusa como parte de su personalidad.

La historia gira en torno a la muerte en un pueblo fantasma cuyos habitantes son ecos del pasado (hasta aquí voy a contar sobre su trama, porque es una novela con la que hay que dejarse sorprender). Es ese constante vaivén entre la vida y la muerte, esa experiencia fantasmagórica repleta de imágenes fascinantes a la par que perturbadoras, lo que dota a Pedro Páramo de esa sensación de que estamos viviendo un sueño. O una pesadilla. Es la decadencia: es ese pasado evocado, ese presente derruido.

Por último, no me voy sin hablar de la pluma de Juan Rulfo. Pocas cosas he leído tan bonitas. Lapidaria, lírica, sobria. Rulfo corrigió esta novela de muert0s una y otra vez para quitarle todo el adorno y dejar únicamente las palabras necesarias. Quizá es por ello por lo que son como aguijones.

En definitiva, una novela compleja y repleta de simbolismo que he disfrutado como pocas. He releído fragmentos una y otra vez y no descarto leer de nuevo la obra completa de aquí a corto plazo.

Se me quedan cortas estas líneas y ya he comentado que no quiero analizar porque siento que para ello necesito varias leídas más, pero si lo habéis leído estoy abiertísima a intercambiar impresiones por aquí o por privado.

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